La Conferencia Episcopal rechaza el calificativo de cristiano o católico en partidos y asociaciones

Los partidos políticos, sindicatos y asociaciones semejantes que tengan una mediación ideológica no podrán llevar el sello de confesionalidad católica o cristiana, según se desprende del documento Responsabilidad de los católicos en la vida pública, al que ha dado el visto bueno la asamblea plenaria del episcopado. Los obispos terminan hoy las reuniones que durante esta semana han celebrado en Madrid. El documento, que se refiere directamente al compromiso político de los cristianos, será publicado probablemente el próximo mes de febrero.

El Pleno del Episcopado ha dado luz verde a este texto, pero ha preferido que sea la ponencia del mismo -la Comisión Permanente del Episcopado- la que lo publique, aunque con el beneplácito de la mayor parte de los obispos. Razones de urgencia y oportunidad han influido en esta decisión.El documento no hace mención explícita de ningún partido político ni de ninguna sigla concreta, pero establece el principio de que el cristiano que actúe en la vida pública debe hacerlo en todo momento de acuerdo con los principios y valores del Evangelio, según explicó el obispo de San Sebastián, José María Setién, miembro de la ponencia que lo ha redactado.

La política no es un campo exclusivo de los seglares, según se recoge en el texto, pero sí es un campo propio de los mismos. Por ello los sacerdotes pueden participar en política, pero no es aconsejable que lo hagan porque ello supondría optar por un camino concreto "cuando su ministerio les exige que sean la encarnación del principio de unidad de la comunidad".

De acuerdo con las explicaciones de José María Setién, el documento, que se presenta bajo un título todavía provisional, tiene como punto de partida la consideración de que vivimos en una sociedad secularizada "y por ello se mueve con unos esquemas, categorías mentales y vocabulario que pretenden facilitar el diálogo con esta sociedad secularizada y pluralista". "Los obispos reconocen la autonomía de lo secular sin añoranza por lo que podría ser el neoconfesionalismo que afectó al pasado".

Los ejes esenciales del documento son, a juicio del obispo de San Sebastián, en primer lugar la aceptación leal de lo que "entendemos que es una sociedad auténticamente democrática, libre y participativa, y, por lo mismo, pluralista y conflictiva". "Pero esto no equivale", Setién se refiere ya al segundo eje, "a una uniformización de las distintas manifestaciones sociales. En esta sociedad debe haber una presencia identificada corno cristiana y encarnada tanto en personas como en grupos".

Sociedad secularizada

En tercer lugar, la fe no debe llevar. a la indiferencia en la vida pública. "No se puede identificar el valor de la secularidad con la renuncia a los valores sociales que están encerrados en el Evangelio". En cuarto lugar se afirma la libertad de opción de los cristianos en la vida pública y se subraya, por último, la inspiración cristiana de la presencia individual o asociada en la vida pública. "No aceptarnos", dice Setién, "una dualidad de inspiración en la vida del cristiano, una para su vida privada y otra para su vida pública".

El documento señala que sólo podrán conservar la confesionalidad de católico o cristiano aquellos grupos que realicen trabajos asistenciales.

El Pleno de la Conferencia Episcopal aprobó ayer, por otra parte, los presupuestos de la Iglesia -Conferencia Episcopal y Fondo Común Interdiocesano- para 1986. Durante este próximo año la Iglesia recibirá una dotación estatal directa de 12.676.726.000 pesetas, a la que habrá que añadir 46.453.000 pesetas también en concepto de dotación estatal para reparación de templos y residencias sacerdotales. Las diócesis aportarán 1.041.102.156 pesetas.

Según explicó Bernardo Herráez, responsable de las finanzas de la Conferencia Episcopal, el sueldo mínimo de un sacerdote será este año de 36.000 pesetas al mes, mientras que el sueldo de un obispo se elevará a 75.600 pesetas al mes.