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BALONCESTO

Expectación en torno al búlgaro Gluchkov, primer europeo en la Liga norteamericana

C. SMITH MUÑIZ, Fernando Martín no es el único con espíritu de aventura. Georgi Gluchkov, un alero de 25 años de edad, ha dejado atrás un porvenir seguro en Bulgaria para convertirse en el primer jugador europeo que ficha por un equipo de la Asociación Nacional de Baloncesto (NBA) norteamericana. Gluchkov fue miembro de su selección nacional durante ocho años y dos veces jugador del año en su país. Igual que Martín, soñaba con repetir sus hazañas en EE UU. Pero, a diferencia de él, Gluchkov cruzó el Atlántico y se quedó. Milita en los Suns, de Phoenix. Es un gran cambio, aunque por el momento no ha dado gran resultado.

Gluchkov nació en Triavna, un pueblo en la cordillera balcánica, y está acostumbrado a colinas y bosques. Hoy vive en una ciudad en el desierto de Arizona. Conoce muy poco el inglés. "Hoy, mis compañeros de equipo me enseñaron la diferencia entre chick y chicken", dijo, con orgullo, el lunes. La primera palabra significa chica; la segunda, pollo.Pero sus bochornos han sido pocos. Mide 2,07 metros y pesa 107 kilos, el físico ideal para la NBA. La semana pasada, en el Boston Garden, se citó a los cronistas a una conferencia de prensa y él era el centro de atracción. Entrenándose al otro extremo de la cancha, ignorado por todos, estaba Larry Bird, reconocido como el mejor jugador del mundo.

Gluchkov contestó todo tipo de preguntas, menos de política. "No saber inglés es un problema", dijo. "Si conociera el idioma, no sólo podría oír, sino también preguntar y aprender más rápidamente. Entiendo bastante de lo que tenemos que hacer como equipo, pero tengo problemas con lo que no se puede enseñar en la cancha". Pero Gluchkov tiene algo que ningún otro jugador puede reclamar: el propio intérprete.

Los jugadores profesionales norteamericanos son muy privilegiados. El convenio colectivo entre la Liga y la Asociación de Jugadores exige que ellos siempre viajen con billete de primera clase, que tengan habitación individual en sus hoteles y que reciban 45 dólares para comidas por cada día que estén fuera de casa.

El intérprete se llama Bozhidar Takev, un técnico búlgaro de 65 años de edad. Tiene el título de asistente y se sienta en el banquillo para traducir las instrucciones del técnico de los Suns, John Mac Leod, a quien se conoce por su mal genio. "A veces, al traducir", dice Takev, "cambio un poco esas palabras feas".

Sin intérprete

Pero Takev regresa a Bulgaria a final de mes. Mac Leod está tomando lecciones de búlgaro y Gluchkov de inglés y es gracioso lo que cada uno ha aprendido hasta ahora. Mac Leod sabe decir zashtita, que significa defensa. Mientras tanto, Gluchkov sabe isolation, que es cuando dejan a un jugador solo con el balón cerca de la canasta.

Los Suns se fijaron en Gluchkov por primera vez durante el campeonato europeo del año pasado y lo escogieron en la séptima y última vuelta de selección. En cambio, Fernando Martín fue escogido en la segunda vuelta con los Nets, de Nueva Jersey. El español no fichó, en parte porque nunca se llegó a un acuerdo sobre la cotización. Gluchkov no tuvo ese tipo de problemas con el club norteamericano.

El director de los Suns, Jerry Colangelo, resolvió todo con tres días de negociaciones en Sofía. Acordó pagar 175.000 dólares a Gluchkov y 100.000 a la federación búlgara (28 y 16 millones de pesetas, respectivamente) y organizar giras y cursos de baloncesto para beneficio de los jugadores juveniles del país.

Gluchkov, como si fuera un clásico capitalista y no llegara de Bulgaria, se gastó sus primeros dólares en adquirir un coche de lujo, un Lincoln Continental Mark VII.

Mala campaña

Desgraciadamente, la temporada no ha comenzado con la misma fortuna. Los Suns, que han cambiado su estilo de juego por uno precipitado, están sin victorias después de nueve jornadas. Han perdido hasta con los Knicks, de Nueva York, que llevaban una racha de 20 derrotas. Gluchkov, que llegó después del comienzo de la temporada, sólo ha jugado en cuatro partidos. En el primero obtuvo siete puntos y cuatro rebotes en 11 minutos contra los Hawks, de Atlanta, y jugó igual de bien en el segundo contra Bird y los Celtics. El miércoles, frente a los Knicks, su conjunto perdió por 93-103 y él no lució: sólo dos rebotes en ocho minutos.

Pero Gluchkov no tiene quejas ni de la cocina norteamericana. "Creo que jugar aquí es más fácil que en Europa", dice. "Estar entre los mejores jugadores allá en Europa me obliga a jugar aquí a ese nivel todo el tiempo. En Estados Unidos todavía estoy aprendiendo".

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