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Jesusa Figueiras

cree que hay devociones que deben llegar más allá de hasta que la muerte nos separe. El miércoles pasado vivió uno de los días más importantes de su vida. Tras esperar ansiosa la llegada del líder de la oposición, Manuel Fraga, a la villa de Escairón, donde vive, al sur de la provincia de Lugo, se colocó a su lado pidiendo ser fotografiada. Cuando tuvo la certeza de que el momento había sido recogido por las cámaras de los fotógrafos que cubrían la información de la visita preelectoral del político y que las fotos le serían remítidas a su domicilio, manifestó satisfecha: "Es que cuando me muera quiero que pongan esta foto conmigo en el ataúd".

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