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Un juez abre diligencias contra dos policías nacionales de Vallecas por presunta detención ilegal

Un juzgado de Madrid abrió el miércoles pasado diligencias por presunta detención ilegal contra dos policías nacionales de la comisaría de Portazgo, en Vallecas. Los agentes detuvieron el pasado viernes a dos jóvenes, de 15 y 16 años, y a un educador de 20 años con el que éstos viven. Uno de los jóvenes ya fue detenido el 16 de junio, también de forma ilegal, por lo que en su día se abrieron diligencias contra policías nacionales de Entrevías. El sacerdote Enrique de Castro, tutor, legal de los muchachos, afirmó que en este caso coinciden todas las prácticas irregulares habituales en la policía.

Los hechos sucedieron en la madrugada del viernes, cuando dos policías nacionales de la comisaría de Portazgo, en Vallecas, detuvieron a José Manuel Pérez, de 16 años, y a A. L. M., de 15, junto con un educador, Modesto Fernández, de 20 años, en el domicilio de éste. Los dos primeros están a cargo de la tutela de Enrique de Castro, sacerdote de Entrevías. Los dos jóvenes fueron detenidos, junto con el educador, acusados del robo a una tienda de alimentación. La casa fue registrada, después de la detención, sin autorización judicial.Los tres detenidos fueron obligados, camino de la comisaría, a ponerse de espaldas a una pared para que pudieran ser reconocidos desde una ventana de un piso situado enfrente por el matrimonio propietario de la tienda robada. Más tarde, en comisaría, fueron sometidos de nuevo a un reconocimiento a través de un cristal, en solitario, sin que la policía formara la obligatoria rueda de presos. El matrimonio no reconoció a ninguno de los dos jóvenes, pero aseguraron que el ladrón era el educador de ambos, Modesto Fernández. Esta persona estuvo toda la tarde del robo con Enrique de Castro, en una reunión. Entre tanto, una joven que vive en la misma casa que los detenidos avisó a De Castro y éste al juez de guardia, Joaquín Navarro, titular del Juzgado de Instrucción número. 3.

El juez atendió los argumentos de De Castro, que denunció verbalmente la forma de actuar de los agentes, y ordenó que poli cías, detenidos y testigos se personaran en el juzgado. El juez realizó un nuevo trámite de reconocimiento, para lo que formó una rueda utilizando al presunto ladrón, al abogado de éste y a funcionarios del juzgado. El matrimonio afirmó entonces, y así consta en su declaración, que ninguno de los presentes era el presunto ladrón. Ante esta flagrante contradicción, unida a que no había pruebas contra los tres detenidos, el juez ordenó su puesta en libertad. Los policías nacionales que realizaron la detención y el posterior registro del piso prestaron también declaración. Por fin, el miércoles, el juez Navarro ordenó la apertura de diligencias para depurar posibles responsabilidades por un presunto delito de detención ilegal.

Actuación irregular

Joaquín Navarro declaró ayer que la actuación policial puede calificarse de irregular: "Detuvieron a dos muchachos, y luego a su educador, sin haber realizado ninguna investigación previa que permitiera sospechar de su culpabilidad. El reconocimiento de los jóvenes se hizo sin presencia de su abogado y sin que estuvieran incluidos en un grupo de personas más amplio que ellos mismos. Tampoco la policía puso la detención de los jóvenes en conocimiento del fiscal ni del juzgado de guardia hasta que yo llamé a la comisaría".El juez añadió que el menor detenido, A. L. M., lo había sido también el pasado 16 de junio. En aquella ocasión se demostró también que la detención era injustificada, por lo que el mismo juez ordenó la apertura de diligencias similares contra varios policías de Entrevías. En este último caso se investigan también presuntos malos tratos, ya que el muchacho sufrió una herida en el pómulo derecho.

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