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Congreso del PS francés

Laurent Fabius hace un llamamiento en Toulouse a la unidad del partido socialista

Soledad Gallego-Díaz

El primer ministro francés, Laurent Fabius, intervino ayer en el congreso del partido socialista para insistir en los llamamientos a la unidad y pedir que "nadie se equivoque de batalla". "Antes que nada", arirmó, "están las elecciones legislativas de marzo de 1986. Cada uno de nosotros, sea cual fuere su responsabilidad en el partido, en el Gobierno o la moción que haya presentado a este congreso, debe arrimar el hombro", alusión indirecta a Michel Rocard, que anunció hace ya meses su candidatura a la sucesión de François Mitterrand en 1988.

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Fabius obtuvo un recibimiento triunfal por parte de los 1.500 delegados que asisten a los debates en el Parque de Congresos de Toulouse. El primer ministro recibió una ovación mucho más fuerte que la que despertó Rocard el día anterior y se dirigió al congreso como un dirigente nacional del partido, que está por encima de las batallas y que indica a sus militantes el camino a seguir.Laurent Fabius dedicó buena parte de su intervención a atacar a la oposición, que, dijo, "destrozará, por espíritu de revancha, todo el trabajo que hemos hecho en cuatro años". "Hay que explicar todo esto a los franceses. Francia perdió ya mucho tiempo por culpa de la derecha. No es cuestión de volver ahora hacia atrás y permitir que esta galería de mediocres nos impida proseguir la modernización del país".

El primer ministro se esforzó al disipar la moral de derrota existente entre los militantes socialistas. "Nada está todavía jugado", aseguró; "si estamos unidos y somos combativos, podemos explicar qué es lo que hemos hecho y qué es lo que supondría el regreso de la oposición al poder", dijo Laurent Fabius.

Una moción de síntesis

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"Como primer ministro", prosiguió, "espero de vosotros que el congreso termine con una moción de síntesis, una síntesis en la que se diga que hemos cambiado, pero no en lo esencial, y que queremos seguir gobernando sobre posiciones de izquierda y no como fuerza de apoyo de la derecha". El primer ministro se dirigió uno a uno a los principales representantes de las distintas corrientes -el ex primer ministro, Pierre Mauroy; el dirigente del CERES, Jean Pierre Chevenement, y el ex ministro de Agricultura, Michel Rocardpara animarles a luchar codo con codo a su lado en la próxima campaña electoral.

Fábius se permitió sólo un ataque a su principal competidor con vistas a la sucesión de François Mitterrand: "Es mucho más útil participar en esta lucha que preparar magníficos comentarios para la noche de las elecciones", observación que fue acogida con un abucheo por parte de los seguidores rocardianos, a los que estaba a todas luces dirigida.

"Laurent Fabius, que hace sólo dos años era un perfecto desconocido para la mayoría de los militantes socialistas, ha jugado a fondo su carta en este congreso", reconocía tras el discurso un delegado próximo al ex ministro de Agricultura.

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