Niños: libertad de explotación
A las ocho de la mañana, en el metro veo cómo un, niño pequeño (aparentaba cuatro o cinco años), al que han obligado a sentarse en el suelo del andén, corre tras su tutor atravesando asustado riadas de gente que entran y salen de los vagones, sonándole la calderilla en los bolsillos.En el periódico leo, en la sección de anuncios por palabras, capítulo de Masajes, el ofrecimiento de otras niñas (2 X 10) (?) por parte de otro tutor, que cuenta con un variado surtido de servicios.
¿Es posible que en España no haya nadie que vele por los menores'? ¿Cuándo se piensa hacer algo más que dar en la Prensa los detalles escabrosos de las consecuencias de semejante explotación?-
Madrid.
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