_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

De nuevo, y final, sobre Wingenstein

Contesta el señor Molina a mi carta diciendo que, en suma, los dos decíamos lo mismo, por lo que mi perogrullada estaba de sobra. Si es así, nada que objetar a su actual acuerdo, que no a su primera exposición.De los errores que yo le achacaba, se defiende de algunos. De otros -por ejemplo, el interés de Wittgenstein por la religión durante toda su vida- calla. Pero de los que se defiende es imposible llegar a acuerdo alguno.

En primer lugar, afirma que yo digo que nada hay de cuestiones teológicas en las investigaciones filosóficas. Yo hablaba de cuestiones religiosas, que no es lo mismo.

Dice que en la edición de 1958 hay tres parágrafos que hablan de religión. Esto es completamente falso. En el 346 (más le hubiera valido citar el 342, ya que al menos se cita a William James, quien, ciertamente, influenció a Wingenstein en cuestiones de religión) y en el 426, Dios se usa como ejemplo, como metáfora que tiene que ver con lo que está tratando Wittgenstein aquí, y que no es sobre religión, sino sobre los procesos de pensamiento, el lenguaje privado, el significado de las palabras, etcétera.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

En el 373 es aún más palmario: el uso de la palabra teología es -evidente hasta la saciedad- un ejemplo. Es todo esto tan obvio y conocido que cualquier discusión o bien llevaría a descubrir un nuevo Wittgenstein o al aburrimiento. Lo primero me parece improbable. Mucho más lo segundo.

Por otro lado, yo no le amonestaba por confundir, como confundía, conferencias con clases. Simplemente aprovechaba la ocasión para hacer una precisión.

Finalmente, hay aspectos que van más allá de Wingenstein, que era de lo único que se trataba. Yo hablaba de lo que decía el señor Molina sobre Wingenstein (o sea, sobre su ignorancia), y no sobre sus lealtades, sus prisas o sus celos.

Es propio de épocas cobardes el cambiar la discusión por el amago de insulto. No dude el señor Molina que en ése no voy a entrar. Mancha y hasta puede agarrar uno algo malo. Simplemente: zapatero, a tus zapatos.-

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_