El Banco de España quiere mayor control y asesoramiento de las cajas de ahorro
La comisión gestora del Fondo de Garantía de Depósitos en cajas de ahorro ha decidido nombrar secretario general de esta entidad -financiada al 50% por el Banco de España y las cajas- a Victorio Valle, hasta ahora alto directivo de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA). El nombramiento refleja el refórzamiento que va a tener esta institución para que profundice en el seguimiento, información y asesoramiento de las cajas.
La distinta situación por la que atraviesan las cajas de ahorro parece recomendar un mayor análisis de las mismas. La salida de Victorio Valle de la CECA se interpreta como un paso en el desmembramiento de la misma. Los Fondos de Garantía de Depósitos han sido potenciados hasta ahora por el estallido de numerosas crisis en las instituciones financieras. El Fondo de los bancos surgió como consecuencia de la insolvencia de numerosas entidades privadas de crédito, hasta 50 bancos; el Fondo de Garantía de las Cooperativas de Crédito empezó a jugar un papel relevante cuando las cooperativas, en especial las cajas rurales, hicieron crisis. La idea que justírica el nombramiento de Victorio Valle es, en opinión del Banco de España, hacer justo lo contrario: adelantarse a que se puedan producir situaciones de problemas graves.Las cajas de ahorro, con su nueva ley de órganos rectores, los problemas de competencias entre la Administración central y algunas de las autonómicas y la clara diferencia de rentabilidad y calidad de la gestión entre unas y otras, aconsejarían reforzar no sólo la inspección desde el Banco de España sino también desde otros organismos como el Fondo de Garantía de Depósitos. Las cajas tienen una estructura funcional muy diferente a la de los bancos. No tienen accionistas a los que se tenga que dar cuenta de la gerencia llevada a cabo en los ejercicios.
El único control podría ser el volumen de la obra social, a la que se destina una parte de los excedentes. Pero la nueva normativa sobre recursos propios y la propia debilidad de buena parte de estas instituciones crediticias han obligado a que las cajas destinen cantidades crecientes de sus beneficios a reservas para reforzar su solvencia y menos a obra social.
El grupo de las cajas de ahorro representa en la actualidad aproximadamente el 40% de los depósitos en entidades de crédito, y las inspecciones llevadas a cabo en ellas muestran una fuerte disparidad entre unas cajas y otras. En los próximos años deberá definirse el papel que deben jugar las cajas grandes y el de las cajas pequeñas, cuyas posibilidades de crecimiento son muy pequeñas.
Ajustar la expansión
La territorialidad de estas institucíones -tienen limitado su crecimiento a las zonas geográficas en que fueron creadas- sigue produciendo roces entre las cajas, que de vez en cuando se han saldado con la creación de sociedades filiales con las que estar presentes en zonas alejadas de su ámbito de actuación.Las cajas, que han tenido un fuerte crecimiento en los últimos años debido en parte a la crisis por la que atravesaron medio centenar de bancos, pueden llegar a encontrarse, si no se pone remedio antes, con problemas similares. El crecimiento se ha basado en pagar algo más por los depósitos de los clientes, al tiempo que los créditos eran algo más baratos. La diferente composición de los préstamos, con una cartera de préstamos hipotecarios y personales de pequeña cuantía mayor que la de los bancos, ha permitido tener que hacer menos provisiones. Su menor plantilla, aunque los salarios fueran más elevados, producía menores costes de transformación. Pero la diferencia se va estrechando en los últimos ejercicios.
La adecuación a la nueva normativa y a los problemas que el sistema financiero puede plantear a las cajas de ahorro es lo que se trata de lograr mediante un eficaz funcionamiento de su Fondo de Garantía de Depósitos, no tanto en tareas de salvamento como en asesorar los movimíentos a largo plazo que estas instituciones van a tener que decidir.
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