¿Quién quiere a las Naciones Unidas?

CAMBIO 16

( ... ) La ONU es, efectivamente, un bocado apetitoso para las críticas más sañudas. Desde su creación consagró un mundo polarizado entre dos grandes potencias -Estados Unidos y la Unión Soviética-con sus respectivos imperios de hecho o, más eufemísticamente, esferas de influencia, repartidas en la conferencia de Yalta (1944).¿Para que sirven las Naciones Unidas, entonces? ¿Tal vez sólo para mantener una ficción colectiva y dar trabajo a decenas de miles de burócratas internacionales, cuya tarea parece incapaz de aliviar, al menos, la permanente es&da de Damocles de la guerra y el horror que pesa sobre la humanidad?

( ... ) La historia de la humanidad hasta 1945 es una respuesta clara al interrogante. La Sociedad de Naciones, predecesora de la ONU, sólo consiguió demorar veinte años la Guerra Mundial: en realidad el tiempo exacto para el rearme de las potencias. Lo menos que se puede decir y no es pocode las Naciones Unidas es que, con sus innumerables fallos, ya ha conseguido postergar un nuevo apocalipsis el doble de tiempo.

.Y es que la ONU no puede ser mucho mejor que los miembros que la componene: los Estados. Como definió recientemente el representante de España en la ONU, actual presidente de la Asamblea General, Jaime de Piniés, la "crisis" de las Naciones. Unidas se asienta principalmente en el "egoísino" de los Estados que la componen.

( ... ) La ONU no debería ser mejor que el conjunto de sus componentes y, sin embargo, ha demostrado que, en muchos casos, puede serlo. La tarea de moralizar y "humanizar" las relaciones internacionales es, sin duda, un objetivo a muy largo plazo, en el cual cualquier mínimo paso constituye un verdadero triunfo.

7 de octubre.