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El Ayuntamiento cierra la discoteca Baby Q

Amelia Castilla

La Junta Municipal del Distrito de Moncloa precintará el próximo lunes la discoteca Baby Q por superar el nivel de ruido admitido y por los problemas que acarrea para el tráfico el aparcamiento de coches en la zona que rodea al establecimiento, según manifestó ayer José García Ogalla, presidente de la junta. La discoteca está situada en el kilómetro 9 de la carretera de La Coruña. Un portavoz de la sala, que aseguró ayer desconocer la orden de la junta, precisó que a partir de esa fecha se cierra la sala para realizar obras de adecentamiento.

"La sala no volverá a abrirse al público hasta que no se subsanen las deficiencias", aseguró García Ogalla, sensiblemente molesto por el comportamiento de los propietarios de discoteca Baby Q, que se comprometieron a principios de verano a anular las deficiencias señaladas. "Ahora, una vez acabada la temporada, descubrimos que no han cumplido su palabra y que las negociaciones que mantuvimos con ellos no han servido para nada".La mesa del concejal comunista está abarrotada de denuncias de los vecinos, principalmente de la calle de Osa Mayor, con protestas por el ruido que ocasiona la discoteca a diario y hasta cerca de las seis de la madrugada. Otro de los motivos de protesta lo constituyen los coches de los clientes, que obstruyen el giro a Aravaca y ocupan calzadas y aceras.

50 coches

El acceso a la sala, que bordea la carretera de La Coruña, se realiza por la calle de Teresa Orozco, donde existe un aparcamiento del establecimiento con capacidad para 50 automóviles. Un portavoz del local precisó ayer que ha sido imposible, por problemas económicos, adquirir terrenos por la zona para instalar otro más espacioso. En cuanto al ruido, la misma fuente puntualizó: "Tengo 49 años y soy de Aravaca, y el ruido está aquí desde antes de que llegaran los vecinos que protestan".Baby Q, una especie de palacete con piscina y terrazas al aire libre, funciona a pleno rendimiento durante los meses de verano. La discoteca se asienta sobre lo que fue Nueva Romana, un club famoso por la calidad de sus chicas, frecuentado por un público de cierto caché. Era uno de los locales en los que se vendía penicilina en la época del estraperlo. Estaba previsto que el palacete, reconvertido ahora en una discoteca para gente bien de la zona, se cerrara al público el próximo lunes, según reconoció uno de los encargados.

El precinto de la sala, que será ejecutado por la junta, se realiza por orden de la Gerencia Municipal de Urbanismo, puesto que se ha superado el plazo de un mes -concedido a partir del 18 de julio pasado- para que se llevaran a cabo las obras, entre las que, se incluía la instalación de unas pantallas de aislamiento en las zonas abiertas que impidan la salida del ruido.

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