Parte de la dirección del PNV en Navarra propuso negociar el regreso de los expulsados

Koldo Amezketa, ex presidente del Consejo Regional del PNV en Navarra, expulsado del partido el pasado año, reveló ayer durante una conferencia de prensa que en el mes de junio la mayoría de los actuales dirigentes de la organización nacionalista en esa provincia propuso mantener conversaciones con los militantes excluidos, pero aquella iniciativa fue vetada por la minoría más intransigente del partido.El conflicto del PNV en Navarra se inició cuando el Comité Nacional del partido ordenó, el pasado año, que los parlamentarios forales votasen para la presidencia de la comunidad al candidato apoyado por Coalición Popular, a fin de que no fuese elegido el aspirante socialista, Gabriel Urralburu. Los parlamentarios del PNV (afines al sector de Carlos Garaikoetxea, enfrentado al oficial que encabeza Xabier Arzallus) se negaron a ello, apoyados por la dirección del partido en esa provincia, y fueron expulsados 13 dirigentes.

Los expulsados manifestaron ayer que no ven voluntad en la dirección del PNV para solucionar el conflicto. En este sentido, afirmaron que todas las propuestas e intentos dirigidos a lograr una solución a este problema han partido de los expulsados.

Amezketa manifestó ayer que están a la espera de una respuesta a la última propuesta de solución a este conflicto. Esta propuesta sugiere la readmisión colectiva de la totalidad de los afiliados navarros excluidos de los órganos del partido, excepto de los dirigentes expulsados.

El Consejo Regional del PNV de Navarra se comprometió a estudiar esta propuesta una vez celebrado el Alderdi Eguna (día del partido), pero todavía no se ha producido ninguna contestación al ofrecimiento.

Incremento de militancia

El ex presidente del PNV en Navarra señaló además que la organización nacionalista no oficial -creada por los excluidos- ha incrementado su militancia desde que se inició la crisis, en mayo de 1984, pasando de 950 a 1.100 afiliados. Amezketa dijo asimismo que se ha incrementado el número de juntas municipales, que ha pasado de 37 a 41.El parlamentario navarro Iñaki Cabasés, expulsado también del partido, recalcó, por su parte, que la disuelta organización navarra sigue funcionando, "por lo que la dirección del PNV tiene que preguntarse seriamente si quiere recuperar la afiliación de esta región o si prefiere tener una organización puramente testimonial".