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Irene Martín

Una muchacha de 1,83 de altura que comparte un '470' con la infanta Cristina

Es la pequeña, pero mide 1,83 metros. Está rodeada de hermanos por todas partes. Luis, de 24 años, está estudiando Derecho. Alberto, de 23, sigue los pasos de su padre y realiza la carrera militar. Y Jorge, de 20, se prepara para ser ingeniero de telecomunicaciones. Su padre, coronel de artillería, les transmitió de pequeños su pasión por el mar, por la vela, y ellos trataron de complacerle, pero sólo Irene, de 20 años, ha conseguido ser campeona de España. Ahora, ante la admiración de todos los chicos de la casa, Irene navega junto a la infanta Cristina, "una chica encantadora y excelente compañera".

Pero a Irene lo que le mata es el COU, el dichoso COU. Los estudios le han impedido ir a Cádiz, donde a partir de hoy, jueves, la infanta compartirá circunstancialmente el 470 con Viki Fumador, que también se ha quedado sin pareja al fallar Marta Mas. Viki y Marta consiguieron el título de España en el campeonato en el que la infanta e Irene ocuparon el cuarto puesto. La verdad es que cada vez que Irene se enfrenta a un libro de biología o química, el mundo se convierte en un gran océano."Todo empezó cuando dos de mis hermanos se apuntaron a clases en la escuela de vela de Calanova", cuenta Irene, nacida en Valencia, residente durante unos años en Kansas y Washington, y actualmente en Palma de Mallorca. La primera vez que se metió en un optimist -pequeña embarcación en la que empiezan a navegar los niños- tenía ocho años. "Al principio no había problema, lo pasaba en grande. Pero a medída que iba creciendo aquello se convirtió en un auténtico martirio. A los 13 años, con 1,75, era hotrible. ¡No cabía en el barco! Incluso pensé en dejar la vela, porque no paraba de darme golpes y más golpes con la botabara".

Toni Ripoll, un muchacho de Palma, le brindó la oportunidad de ser su proel en un 420. Irene dijo que sí y estuvo dos años regateando con él. "Aquello era uña paliza de cuidado. El proel es el que maneja el foque, se cuelga del trapecio, lleva el spinaker... Mucho trabajo, mucho trabajo". Pero, claro, Irene seguía creciendo. "Me hice muy grande, muy pesada, y le compré el 420 a Toni". Ya era patrón. Durante casi un par de años regateó junto a Isabel Alberti. De pronto, le calentaron la cabeza y se convirtió en pivot de un equipo de baloncesto, "pero aquello no era para mí, había que correr de arriba a abajo. Esperaban demasiado de mí". El pasado año le volvió a picar el gusanillo. Volvió a navegar con Isabel, pero acabó el año junto a Ángela Escandell. Año nuevo, vida nueva; 1985 sería el año de gloria. En Huelva se proclamó campeona de España de 420 con Ángela, y en julio quedó segunda del campeonato mixto de 470 con Mario Nano Barceló. Y de ahí a ser compañera de la infanta Cristina, un paso. "El mes pasado quedamos cuartas del campeonato de España de 470, ganando la última regata. Aquel día, el Rey me invitó al Fortuna y nada más verme me dijo: '¡Formáis una pareja muy alta.' Irene habla de la infanta con gran cariño. "Cristina es una chica encantadora, que no quiere destacar y que se integra en el grupo muy bien". Cuando le preguntan si se sienten incómodas con las medidas de seguridad, fotógrafos y periodistas que rodean sus actuaciones, Irene se sincera: "La protección la hacen tan bien que ni la notas".

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