Libia califica de "irresponsable" la ruptura tunecina de relaciones
Libia calificó ayer de "irresponsable, irracional e infantil" la decisión de Túnez de romper relaciones diplomáticas entre los dos países, mientras la posición del presidente tunecino, Habib Burguiba, de 82 años, parecía consolidarse tras la decisión. El embajador libio en Túnez, Abdallab Harrasi, y el agregado comercial -los dos únicos diplomáticos libios que aún permanecían en la sede- deberán abandonar hoy el país al cumplirse el plazo de 24 horas dado por el Gobierno tunecino.
La decisión cerró el último capítulo de una constante fricción entre ambos países, que se tradujo en la expulsión de 30.637 tunecinos, desde Libia y de 283 libios acusados de espionaje desde Túnez, en los últimos dos meses.El régimen del coronel Muammar el Gaddafi afirmó que la decisión tunecina "atenta contra las relaciones fraternales mantenidas entre los dos pueblos", según un despacho de la agencia oficial libia Jana recibido ayer en París. La agencia estimó que "la campaña desatada por los medios de comunicación tunecinos (contra Libia) busca desviar la atención internacional y de sus propios ciudadanos de las disputas por la sucesión que tienen lugar en Túnez".
El anuncio de ruptura diplomática, la primera que se registra en las dos décadas de difíciles relaciones entre el Túnez prooccidental y la Libia de Gaddafi, fue hecho el jueves, poco después que la agencia oficial tunecina comunicó la expulsión de cuatro diplomáticos libios acusados de enviar cartas bomba desde la embajada a periodistas tunecinos. Otros 31 ya habían sido expulsados antes por motivos similares.
El diario del partido gubernamental tunecino L'Action apoyó ayer editorialmente la decisión diciendo que Libia incumplió reiteradamente sus obligaciones derivadas de los acuerdos bilaterales económicos, violó por tres veces el espacio aéreo tunecino con sus aviones de guerra y organizó actos de terrorismo en su territorio.
La agencia oficial tunecina Tap difundió un comunicado en el que afirma que el Gobierno "tiene las pruebas irrefutables de la transformación de las misiones diplomáticas y otras instituciones libias en Túnez en refugios de terrorismo, espionaje y subversión".
Respecto a los diplomáticos expulsados el jueves, la agencia dice que fueron descubiertos "en delito flagrante", mientras el embajador libio ha negado todos los cargos.
El pueblo tunecino ha respaldado mayoritariamente la decisión de Burguiba, y el gobernante Partido Socialista Desturiano (PSD) ha movilizado a todos sus militantes frente a la emergencia. Más que un conflicto militar clásico, las autoridades tunecinas esperan el inicio de una serie de hostigamientos y acciones terroristas libias en la frontera y el interior.
Fuentes políticas en Túnez afirman que el sucesor de Burguiba previsto por la Constitución, el primer ministro, Mohammed Masafi, de 59 años, ha usado la crisis para consolidar su propia posición, de cara a la avanzada edad de Burguiba y el antecedente de la mala salud del líder tunecino, uno de los últimos supervivientes de la ola de dirigentes surgida con la independencia africana.
Los dirigentes tunecinos se muestran confiados en el respaldo de sus aliados occidentales, especialmente Estados Unidos y Francia, y de su vecina Argelia.
El primer ministro, Masali, debía llegar hoy a Argel para intentar reforzar aún más el apoyo de Argelia, que hasta ahora no se ha pronunciado oficialmente contra Libia. El principal incidente anterior entre ambas naciones magrebíes se produjo en 1980, cuando Túnez acusó a Libia de dirigir un comando que mató a 41 personas en un ataque contra el pueblo sureño de Gafsa.
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