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Un joven cumple un arresto de 15 días por viajar sin pagar en un tren de la Generalitat

Por viajar sin billete en un tren de los Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña (FGC), entre las estaciones de Sarriá y plaza de Catalunya, el sabadellense David Sabatés Coll fue condenado a la pena de 15 días de arresto menor, pago de las costas procesales e indemnización de 500 pesetas a los FGC. El juez le encontró culpable de "una falta de estafa", según la sentencia del magistrado Gustavo Solaz Lita, titular del Juzgado de Instrucción número 18 de Barcelona.

David Sabatés, un joven de 22 años que hace poco acabó la carrera de ingeniero técnico agrícola, cumple el arresto en su domicilio, un un piso del inmueble 44 de la calle de Sallarés i Marra de Sabadell. El cumplimiento de la pena se inició el pasado día 17 y finalizará el primero de octubre. Dos veces al día, agentes de la Guardia Urbana de Sabadell acuden a comprobar si el joven está en casa, respetando los términos de la sentencia que se le impuso."Me encuentro en un estado de impotencia bastante acentuado, y también con una sensación de injusticia sobre mí", declaró ayer Sabatés a este diario. "Hay cosas en que parece que falla el aparato judicial, como lo que me está ocurriendo", explicó, "porque es increíble que se me haya condenado con esta dureza por 15 pesetas".

Los hechos sucedieron un día de octubre del año pasado (Sabatés no lo recuerda con exactitud). En la estación de Sabadell-Rambla adquirió un billete de tercera clase con destino a Sarriá. Al llegar a su destino, y por estar conversando con otro viajero, prolongó el trayecto hasta la plaza de Catalunya. En Provenza, el interventor del tren le pidió el billete, comprobando que había pasado de la estación prevista. "El empleado me dijo que debía abonar 500 pesetas por viajar sin billete, a lo que me negué. Aduje que la diferencia de precio desde Sabadell a plaza de Catalunya, en lugar de Sarriá, era de 15 pesetas", recordaba ayer David Sabatés. "Estaba dispuesto a pagar el doble de la diferencia o algo así, pese a que no intenté engaño alguno".

Volante de denuncia

El interventor le solicitó su carné de identidad, "que le mostré sin rechistar, y me extendió un volante de denuncia". Molesto por el incidente, pero sin darle más importancia, olvidó pronto el asunto.

Cuando todo parecía agua pasada, recibió una citación del Juzgado de Distrito número 17 de Barcelona, a raíz de la denuncia, interpuesta por los FGC. La juez titular del mencionado juzgado dictó el 6 de noviembre de 1984 sentencia absolutoria declarando de oficio las costas procesales.

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Rafael M. Molero, en su calidad de supervisor de los FGC, interpuso recurso de apelación contra la sentencia, pasando el caso al Juzgado de Instrucción número 18.

En el nuevo juicio, que data del pasado 12 de abril, el magistrado juez, Gustavo Solaz, revocó la anterior sentencia y dictó una nueva, cuyo tercer considerando señala que los hechos "son constitutivos de una falta de estafa del artículo 587, párrafo tercero, del Código Penal, de la que es responsable en concepto de autor David Sabatés Coll, al que, vista la facultad discrecional del artículo 601, procede imponer la pena de 15 días de arresto menor, indemnización de 500 pesetas a los FGC, y pago de las costas procesales causadas en la primera instancia y en esta alzada

David Sabatés solicitó del juzgado, previa presentación de diversos documentos, la posibilidad de que se le concediera una prórroga para cumplimentar la sentencia, dado que, en la fecha prevista para ello, estaba en época de exámenes. Se le atendió la petición, y ahora cumple los 15 días de arresto. Ya ha pagado la indemnización y las costas procesales, en conjunto, más de 5.000 pesetas.

"Por desconocimiento, y porque no me esperaba lo que se me vino encima, acudí al juzgado sin abogado", explicó ayer el joven sabadellense. "Nunca tuve problemas con la justicia y carezco de antecedentes; mejor dicho, carecía."

Pasa el tiempo en su domicilio pintando, leyendo o escuchando música. "Los tres primeros días fueron fatales, pero ahora ya me he hecho a la idea".

Con la carrera de ingeniero agrónomo prácticamente terminada -"me falta una asignatura y la tesina"-, tiene proyectos para el futuro: "Primero cumpliré el servicio militar, pendiente por estudios, y luego trabajaré en una granja".

Un portavoz oficial de la compañía confirmó los datos de esta historia. "Nosotros presentamos siempre recurso cuando un juez dicta una sentencia absolutoria, pero no pedimos al juez que condene a pocos o muchos días de arresto", señaló el portavoz. "Porque si los jueces absolvieran a los infractores y no recurriéramos, ya podríamos empezar a despedir a nuestros taquilleros. Nadie pagaría", añadió.

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