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Socialistas y socialdemócratas luchan por la primacía en las elecciones portuguesas

Socialistas y socialdemócratas portugueses, aliados en el Gobierno en el poder en Lisboa, luchan para conquistar el voto de muchos electores indecisos, de quienes depende el resultado de los comicios del próximo 6 de octubre. El desenlace de esta contienda, 11 días después del inicio oficial de la campaña electoral, permanece inseguro.

La ley portuguesa prohibe la publicación de los resultados de encuestas de opiniones durante la campaña, pero el Gobierno y los estados mayores políticos multiplican los sondeos, cuyas indicaciones, cuidadosamente filtradas, orientan las intervenciones de los respectivos líderes y procuran sembrar el desaliento y la confusión entre los adversarios.La mayor encuesta de opinión jamás realizada en Portugal fue ejecutada antes del inicio de la campaña, y, según fuentes próximas al Partido Socialista (PS), atribuye a este partido el 31% de los votos, contra el 27% para el Partido Socialdemócrata (PSD), 21% para los comunistas, 11% para los democristianos del CDS y 6% para el Partido Renovador Democrático (PRD), eanista. Pero un matutino de Lisboa ha publicado otra encuesta que invierte los resultados del PS y del PSD.

El PSD mantiene invariable el objetivo que se fijó desde un principio: reconquistar el primer lugar, consiguiendo el 6 de octubre más votos que el PS para formar una mayoría parlamentaria con los democristianos.

Las encuestas realizadas por los servicios de propaganda del PSD revelaban, aun después del comienzo de la campaña, la indecisión de más de la mitad del electorado. Dos sondeos, realizados con 10 días de intervalo, mostraron una gran estabilidad en las intenciones de voto a favor de los socialdemócratas (19,2%), socialistas (18,2%, con una ligera tendencia a la baja), comunistas (14%) y democristianos (11%), con una única sorpresa: el fuerte aumento del PRD, eanista, de un 7% a un 11%, atribuido a la cada vez más clara identificación del nuevo partido con el actual presidente de la República, ilustrada por la intervención electoral de la esposa del general Ramalho Eanes, Manuela.

Pese a las estimaciones contradictorias que dan al nuevo partido entre un 5% y un 17% de los votos, el PRD consiguió ya, en 10 días de campaña, escapar del grupo de los llamados pequeños partidos (extraparlamentarios) y ocupar un lugar entre los cuatro grandes.

El PRD ha escogido como símbolo la balanza de la justicia, y se propone conseguir un "grupo de diputados que represente efectivamente la voluntad del electorado que no se siente identificado con los viejos partidos y que sea capaz de controlar al futuro Gobierno".

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