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Un carné de baile escrito con tinta simpática

La pérdida de otras 36 centésimas en la jornada de ayer ha supuesto la ruptura de la cota 108%. Los nervios de los analistas están al rojo vivo y los más arriesgados comienzan a frotarse las manos ante la posibilidad de hacer negocio a costa de los más temerosos.La jornada estuvo marcada por noticias del sector bancario que no contribuyeron a serenar los ánimos. Tanto la dimisión del vicepresidente del Central como la suspensión de contratación de las sociedades de cartera del Hispano, a cuenta de su prevista disolución, forzaron a los cuidadores de los valores de este corro a extremar sus precauciones para que la caja no les jugara una mala pasada. La elevación de 19 centésimas en su índice particular demuestra una vez más la pericia de estos profesionales a la hora de controlar la situación.

Pero no ha sido menor el saber hacer de los managers de Telefónica, valor que consiguió ganar otros 1,125 enteros. El comportamiento de la empresa de comunicaciones permitió que el índice general no registrase un fuerte descalabro en una sesión donde la presión del papel fue netamente superior a la del dinero.

Las sociedades eléctricas han sido las grandes responsables del inicio de esta carrera para no vender el último. La pérdida conjunta de 1,54 puntos es la cosecha de los rumores anteriores que apuntaban a que estas empresas no repartirían dividendos. Los expertos, sin embargo, consideran que es inminenta un desenlace feliz en el tema de los intercambios de activos, lo que permitirá que las compañías puedan hacer frente a las mismas derramas que en el ejercicio anterior, aunque siempre existe la posibilidad de que una o dos se vean obligadas a recortarlas al 5%.

En un clima nervioso, no eran pocos los operadores que achacaban la corriente vendedora a las ventas derivadas de la disolución de las sociedades del Hispano, pero fuentes autorizadas de esta entidad desmintieron tajantemente esa posibilidad y afirmaron que la salida de papel de aquéllas se había producido en los meses de julio y agosto.

Por otra partre, aunque la flexión a la baja del dólar estadounidense ha disuadido a muchos inversores extranjeros en esa moneda a deshacer sus posiciones en Madrid, lo cierto es que aún subsiste cierta corriente vendedora en espera de un reajuste por parte de la moneda española. Las operaciones de extranjeros han venido influyendo fuertemente en el comportamiento bursátil. El balance del mes de agosto registra un déficit de 291 millones de pesetas efectivas en favor de las ventas (1.989 millones) frente a las compras (1.698 millones). En cualquier caso, en los ocho primeros meses del año los extranjeros han realizado compras por valor de 43.532 millones de pesetas, frente a unas ventas de 15.733 millones, con un saldo positivo de 27.799 millones.

Por filtraciones sobre el proceso de intercambios o sencillamente por olfato ante la baratura de los cambios, algunos operadores han comenzado a deshacer, sus posiciones en renta fija y ayer se decidieron a comprar renta variable, valores eléctricos especialmente, para no desaprovechar este período de rebajas.

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