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Irán amenaza con cerrar el estrecho de Ormuz

Irán amenazó ayer con cerrar el estrecho de Ormuz al tráfico marítimo si Irak continúa atacando sus instalaciones petroleras. La medida podría poner en peligro el paso de las exportaciones de crudo de todos los países del golfo Pérsico. Medios especializados coincidieron ayer en que los ataques aéreos de Irak sobre la isla de Jarq, principal centro exportador de petróleo iraní, lograron paralizar casi completamente la terminal. La agudización de la guerra entre ambas naciones árabes se produce al cumplirse cinco años del conflicto armado, que ya ha costado unos 500.000 muertos de ambos bandos, según fuentes occidentales.

El presidente iraní, Alí Jamenei, advirtió ayer que su país podría "cerrar, con todas sus fuerzas, el estrecho de Ormuz a todos los países exportadores de la región". Jamenei, quien es además jefe del Consejo Superior de Defensa, añadió que Irán continuará atacando los intereses económicos de su enemigo mientras sus propias exportaciones de petróleo no vuelvan a normalizarse.La aviación iraquí ha atacado la terminal iraní de Jarq, por la que pasa el 90% del millón y medio de barriles diarios de crudo que exporta Irán, por lo menos 10 veces en las últimas cinco semanas.

Fuentes de la industria petrolera y marítima, así como la agencia de seguros Lloyd's, de Londres, aseguran que el último ataque, producido el jueves, dejó casi completamente inutilizada la terminal. Una fuente informó ayer que sólo un atracadero, habilitado para recibir pequeños barcos, está funcionando de un total de 14 que tiene el área principal de la terminal. Otra zona de carga, al Este de la isla, tiene 10 atracaderos, pero los tres más grandes, con capacidad para atender tanqueros de más de 250.000 toneladas, están inutilizados, según las fuentes.

Irán no ha reconocido la magnitud del daño, pero los analistas creen que la amenaza lanzada ayer por Jamenei es un indicio de la gravedad de los efectos del último ataque iraquí sobre Jarq. En otras ocasiones Irán había anunciado que las bombas enemigas habían caído al mar o sobre las rocas. Si la terminal permanece inutilizada por un tiempo prolongado, Irán verá fuertemente reducidas sus exportaciones de crudo -que le proporcionan unos 18.000 millones de dólares al año (unos tres billones de pesetas)-, lo cual haría peligrar sus fuentes de financiación para continuar una guerra costosa y larga. Se calcula que Irán destina entre el 30% y el 50% de sus ingresos petroleros para cubrir sus necesidades bélicas.

La Marina iraní ha respondido abordando y revisando 42 barcos que cruzaban el estrecho de Ormuz en los últimos días, sospechosos de llevar armamento o mercancías a Irak, según anunció ayer el jefe de la Armada de Irán, capitán Mohammed Hussein Malekzadegan. El jefe militar dijo que algunas mercancías fueron confiscadas y que sus hombres seguirán examinando los buques que atraviesen esa ruta. Un navío danés fue arrestado ayer y llevado a un puerto iraní para su inspección. "No queremos hacer peligrar la seguridad del área, pero nuestras autoridades han dicho repetidas veces que, si el Golfo Pérsico no puede ser usado por nosotros, entonces no será usado por ningún otro país", dijo Malekzadegan en una entrevista difundida por Radio Teherán. "Si es necesario, lo probaremos", agrego.

El presidente de Irak, Saddam Hussein, afirmó ayer, durante una ceremonia de condecoración a los oficiales de la Fuerza Aérea por sus éxitos en los ataques a Jarq que su país seguirá atacando bases estratégicas iraníes. "Destruiremos cualquier centro vital al interior de Irán. Ningún punto del territorio enemigo escapará a nuestros pilotos", dijo Hussein.

Irak, que reanudó sus relaciones diplomáticas con Estados Unidos después de 18 años de interrupción, inició el sábado en Bagdad conversaciones con representantes norteamericanos para expandir el comercio bilateral.

La guerra entre ambas naciones árabes, que cumplió ayer cinco años, amenaza con internacionalizarse si es cerrado el estrecho de Ormuz, puerta de salida del crudo de los países del Golfo Pérsico, especialmente Arabia Saudí, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos. La semana pasada un comité de mediación creado en la última cumbre de Casablanca a instancias de Arabia Saudí decidió intensificar sus esfuerzos para que los contendientes negocien un fin a la guerra.

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