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Un abogado detenido afirma que no se le aplicó ni uno solo de sus derechos

El abogado madrideño Aurelio de Lucas tuvo el martes por la noche la oportunidad de comprobar la aplicación que se hace en las comisarías de los derechos reconocidos a los ciudadanos y regulados en las leyes de asistencia letrada y hábeas corpus. Durante casi cinco horas, el letrado cambió obligadamente de perspectiva. Había sido detenido. "Aun sabiendo que era abogado, la policía no me aplicó ni uno solo de los derechos que reconoce la ley", afirma De Lucas después de la experiencia en propia carne. "No quiero ni pensar cómo será la cosa cuando el detenido sea un ciudadano cualquiera, no experto en leyes".

Aurelio de Lucas, de 35 años, había participado el martes por la tarde en el barrio de Entrevías en una reunión para preparar la acción popular contra el policía nacional Francisco Mansilla, que el sábado mató de un disparo a Miguel Colorado, de 19 años. El abogado regresaba a su domicilio, en la calle del Almirante, acompañado de un colega. En la calle de Augusto Figueroa, la policía estaba realizando una redada entre varios jóvenes, acusados de vender hachís.Un agente, según el relato de De Lucas, empujó violentamente a uno de los muchachos contra la persiana metálica de un comercio y le estrelló la frente contra la chapa un par de veces. El abogado se dirigió a un cabo de la Policía Nacional y le pidió que cesara aquel trato ilegal al detenido. Escuchó una respuesta disuasoria: "Circule. No se meta. Sabemos por qué lo hacemos".

El abogado insistió y los policías le pidieron la docuamentación. El abogado dijo que la entregaría si, a su vez, los policías le proporcionaban su "media filiación", datos que permiten identificarles sin necesidad de conocer sus nombres. Aunque se negaron, De Lucas entregó su Documento Nacional de Identidad, pero continuó pidiendo una explicación. Fue conducido a un vehículo policial y trasladado a la comisaría de la calle de la Luna, en el distrito de Centro, a las 0.15 de la madrugada. Entonces dijo que era abogado.

Un rato en la sala de espera. Luego, a los calabozos, en el sótano, aunque sin ingresar en una celda. Nadie le dice nada. Tres horas después, De Lucas comparece ante el inspector de guardia, para prestar declaración. De Lucas exige que se le lean los derechos del detenido. "Usted es abogado, es obvio que los conoce". Por fin, el inspector accede. Cuando llega a la designación de defensor, De Lucas pide que se avise al Colegio de Abogados de Madrid, tras de lo cual ingresa en una celda y se le priva de sus objetos personales.

Traslado en un furgón

Se ocupa del asunto el vicedecano de los abogados madrileños. Acude al juez de guardia. Allí está el abogado que acompañaba a De Lucas cuando fue detenido. El titular del Juzgado número 28, Alberto Jorge Barreiro, no lo duda un instante y aplica de oficio el hábeas corpus. Cursa instrucciones. A las 4.30, De Lucas es trasladado en un furgón hasta el juzgado, en la plaza de Castilla. Presta declaración sobre un presunto delito de obstrucción a la labor policial. También los policías que le detuvieron. De Lucas queda en libertad."Lo cierto es que en comisaría ni se me informó del motivo de la detención", dice De Lucas, "ni del delito de que estaba acusado, ni se me leyeron mis derechos hasta que lo exigí, ni se me permitió en varias horas designar abogado ni efectuar una llamada telefónica". Para el letrado, la conclusión es que "los policías han aprendido sus derechos, y está muy bien, pero el Ministerio del Interior no ha conseguido convencerles de que los demás, incluso los delincuentes, también tenemos derechos".

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La Jefatura Superior de Policía ofreció ayer la versión de los policías que detuvieron al abogado, según la cual el abogado les increpó cuando registraban a un vendedor de droga, un súbdito extranjero sin documentación. El abogado fue trasladado a comisaría por "interferir la acción de la policía". En comisaría, según los policías en cuestión, solicitó la aplicación del habeas corpus y se le concedió. Esta versión no señala el tiempo que el abogado estuvo en comisaría, aunque un portavoz policial aventuró que "debió ser muy poco tiempo".

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