Los madrileños, obligados a convivir durante varios meses con las obras
Los vecinos de Madrid se verán obligados a convivir con las obras durante los próximos meses. Ambiciosos proyectos municipales cambiarán la fisonomía de algunas zonas de la ciudad. Mientras llega la oleada de inauguraciones, los vecinos y comerciantes soportan con paciencia los inconvenientes de unos trabajos que hasta el momento sólo les han proporcionado polvo, ruidos y más contaminación.En la glorieta de Carlos V, cuya reforma incluye la estación ferroviaria de Atocha, las palas excavadoras, las grúas y los materiales de construcción han sustituido a los grupos de curiosos que durante los primeros meses se arremolinaban en los alrededores para observar el desmontaje de los pasos elevados que configuraban el scalextric. Los trabajos, que finalizarán en la primavera del próximo año, han llegado a su punto álgido. Los vecinos de los alrededores de la plaza Elíptica, en la que el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo está realizando un subterráneo para facilitar el acceso directo de los automóviles a la carretera de Toledo, están "cansados de aguantar tantas molestias". "Los ruidos y la contaminación", explica uno de ellos, "se han convertido en algo familiar, pero ahora incluso resulta difícil cruzar la calle y encima los autobuses tardan el doble en llegar". Los trabajos no terminarán hasta el próximo mes de diciembre.
Durante lo que queda de año y los primeros seis meses de 1986 finalizarán otros proyectos importantes, contemplados en el Plan General de Madrid. Destacan la reordenación de la Puerta del Sol y de la estación de Metro del mismo nombre (que comenzó con el presente mes y no terminará hasta el principio de 1987), el parque de las Delicias (donde se situará el Planetario) y la estación de intercambio de viajeros de Aluche (en la que se instalará un aparcamiento disuasorio) que permita al que llega a la ciudad desde el área metropolitana dejar su vehículo privado y tomar algún medio de transporte público.
