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Tribuna:TEMAS DE NUESTRA ÉPOCA
Tribuna
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El pensamiento salvaje de 'Dallas'

¿Y si esta sombría historia de petróleo, whisky y dólares no fuese, después de todo, más que el remake de uno de los más viejos mitos de la humanidad? ¿Si el petróleo no fuese más que barro y el whisky agua? ¿Si el primero simbolizase el incesto y el segundo la carencia de mujer? Al proponer una interpretación inspirada directamente en el estructuralismo de LéviStrauss del serial televisivo, un joven universitario, Michel Baier, nos hace descubrir el fondo sociológico de este universo implacable. Lo que llevaría la duda incluso a un personaje de piedra como el propio J. R. Este texto aparece en la edición de septiembre de Temps Modernes.

Dallas continúa su fulgurante carrera por el mundo y en España, ahora en las televisiones autonómicas. Casi cuatro años después de la difusión del primer episodio, el 24 de enero de 1981, Francia, y no sólo lo que solemos llamar la Francia profunda -parece ser que el propio François Mitterrand es un hincha de la célebre serie-, sigue apasionándose, como el resto del mundo, con las hazañas de J. R., Sue Ellen, Bobby y demás. Según la explicación más corriente, el folletín no es más que un producto puro de la ideología dominante estadounidense y refleja todos sus valores: apología del dinero, del poder, de la falocracia, del capitalismo salvaje. Su moral sería, pues, como ha dicho Alain Schifres, la siguiente: "Vale más ser rico y cruel que pobre y despreciable".Dallas, en efecto, parece querer hacer una alabanza de una familia norteamericana que salió de la nada y que, gracias al sistema económico liberal, logró subir a la altura de las mayores trasnacionales. Pero la explicación que yo propongo es muy diferente. La impone directamente el estructuralismo y cabe en una frase: organizado como un mito, Dallas tiene éxito porque se basa en valores universales. El dinero, el poder y el capitalismo no son más que un aspecto de esta moral, y el serial no hace necesariamente apología de ello.

El telón se levanta y vemos a Sam Southfork que agoniza. Antes de morir hace prometer a su hija Ellie, su única heredera, que debe conservar el rancho por el que él vivió: le hace jurar que deberá impedir que se perforen pozos de petróleo en sus tierras.

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En el pueblo, Jock Ewing y Digger Barnes, socios en la extracción de petróleo, festejan su reciente éxito, pero ya comienzan a pelearse: Digger piensa más en beber y dilapidar el dinero que en trabajar. Se hace amante de Ellie Southfork y la convence para que permita la perforación de pozos en sus tierras. Y, por tanto, la lleva a traicionar la promesa hecha a su padre. Jock se subleva y viene a pelearse con Digger. Le inflige una dolorosa derrota y lo expulsa sin darle nada. Estamos en plena depresión. El rancho decae y Digger no encuentra petróleo en sus tierras. Se siente humillado y bebe. Ella termina echándole de su lado, al acordarse de sus antepasados, que lucharon hasta el fin contra los indios para defender su ideal. Por el contrario, para Jock Ewing los asuntos van bien. Propone a Ellie ayudarla económicamente; nace rápidamente el amor entre ellos y se llega al matrimonio. La meta de Jock es hacerse rico, utilizando la fuerza si es necesario contra quienes se le crucen en el camino; otra de las metas de Jock es, naturalmente, tener muchos hijos.

De su unión nace un primer hijo: John Ross, apodado J. R. Ellie se entera de que Digger Barnes se ha marchado a América del Sur a perforar pozos de petróleo. Por su lado, Jock perpetra fraudes cada vez a mayor nivel: el último ha sido comprar a un senador. J. R. crece y se va pareciendo cada vez más a Jock; su padre lo prepara desde niño para que pueda volver a tomar en sus manos la Ewing Oil; por lo pronto, ha comenzado por llevarle al tajo. Nace un segundo hijo, Gary. Y luego un tercero, Bobby. Ellie se entera por casualidad de que Digger Barnes se ha ido a Europa a la guerra. Jock toma una amante durante varios años. Ésta trata de someterlo a chantaje. Ellie se entera y la liquída sin más. Pasan los años y los niños crecen. J. R. es un buen alumno, que siente orgullo por identificarse con su padre. A la edad de 15 años tiene su primera relación sexual; ésta se produce de forma poco convencional -felación-, con una mujer que le dobla en años. Por el contrario, Gary es un mal estudiante; desde la adolescencia abusa del alcohol: Gary es educado por su madre, que lo destina a tomar en sus manos el rancho. Pero ella ignora que a su hijo no le gusta nada esta tarea. Por su parte, Bobby es un muchacho solitario; ningún pariente se ocupa de él: "A mí no me empujan ni hacia la universidad ni hacia el rancho. No esperan gran cosa de mí". Así, una vez terminados los estudios en la universidad, se alista para ir a Vietnam. Antes de partir tiene sus primeras experiencias sexuales con muchachas de su edad del medio estudiantil.

Al volver de la guerra, Bobby es más grave y más reposado, y se le responsabiliza de las relaciones sociales en la Ewing Oil, que ahora dirige J. R. Mientras, Gary se ocupa del rancho con mejor o peor fortuna.

Ya es hora de que los tres jóvenes Ewing se casen. El primero es Gary, que contrae matrimonio con Maureen, una criada, en contra de los deseos de su madre. Pero Gary es alcohólico y pronto deberá separarse de la mujer para seguir una cura de desintoxicación. Durante su ausencia, J. R. se convierte en amante de Maureen y le da una hija, Lucy. Pero el parentesco quedará oculto para la gente. Al volver de la cura, Gary descubre las relaciones entre su mujer y J. R. Se emborracha, echa a la mujer y abandona Southfork, quizá para siempre. J. R. vuelve a encontrarse con Maureen, le quita a Lucy y, por medio del chantaje, la obliga a abandonar Texas. Varios años más tarde, J. R. se casa con Sue Ellen, Miss Texas 1975, para poner las manos sobre tierras que sin duda están llenas de petróleo. Pero Sue Ellen sólo se ocupa de sí misma y odia el rancho. J. R. sigue convirtiendo en amantes a todas las mujeres que encuentra; paga a estas mujeres y tiene con ellas relaciones sexuales iguales a las que tuvo cuando su iniciación sexual.

UN REGRESO

Tras varios años de exilio, Digger Barnes vuelve a Dallas con sus dos hijos: Cliff, joven abogado arribista, y Pamela, joven brillante y agradable, que se ha convertido en directora de una agencia de publicidad a fuerza de voluntad. Bobby y Pamela se casan sin que lo sepan sus padres. Pero cuando se enteran los rechazan violentamente. Para Cliff Barnes, los Ewing explotan ilegalmente toda la región. Lo único que puede hacerse es luchar contra ellos. Y J. R. Ewing dice sin tapujos que "hay que tratar por todos los medios de acabar con la pareja". Ellie Ewing es la única que acepta la unión. Pamela propone ayudarla para ocuparse del jardín y de la educación de Lucy, adolescente difícil.

Las relaciones entre J. R. y Bobby se tornan cada vez más tensas. Bobby y Pamela desbaratan varios intentos de J. R. para separarlos. Además, Bobby acepta cada vez menos encubrir los turbios chanchullos de J. R. en un proceso que Cliff Barnes inicia contra la Ewing Oil. Finalmente quiere convertirse en codirector de la Ewing Oil para moralizar la empresa: Bobby no soporta el fraude, mientras que la Ewing Oil es lo suficientemente poderosa como para no necesitar recurrir a esos métodos.

Se organiza una barbacoa en el rancho de Southfork para celebrar el embarazo de Pamela. Se invita a todos los Barnes, pero Cliff declina la invitación. Digger y Ellie vuelven a verse emocionados; sus sentimientos están intactos. Ellie trata de reconciliar a Jock y a Digger, hablándoles del futuro hijo de Pamela, del que ambos serán abuelos.

Pero la fiesta acaba mal. Digger lanza algunas críticas contra Jock: "Mi hija en tu casa. ( ... ) Te has llevado a mi mujer y mi dinero. ¿No querrás quitarme también a mi nieto?" Jock se enfada, lo ridiculiza delante de todo el mundo. J. R. se encoleriza: da un empujón a Pamela, que cae al suelo y aborta. Bobby quiere matar a su hermano. Se lo impide Ellie: "No quiero a Caín y a Abel en mi casa".

Acto II: El telón se levanta y aparecen algunas paternidades más o menos felices. Sue Ellen acaba de tener un hijo, J. R. Junior: todo el mundo piensa que es hijo de J. R. Pero en realidad se trata del hijo que tuvo con Cliff Barnes en un encuentro pasajero. Bobby, que por el momento dirige felizmente el rancho, anuncia a la familia el embarazo de su mujer: "¡Finalmente, un heredero legítimo!" exclama Sue Ellen. Pero, por desgracia, Pamela no podrá conservar el niño durante mucho tiempo. La felicidad de Bobby y de Pamela no dura demasiado. Digger Barnes muere a causa de los efectos conjugados del alcoholismo y de una enfermedad hereditaria que probablemente sufren también Cliff, Pamela y J. R. Junior.

Kristin, hermana de Sue Ellen, llega a Southfork a pasar una temporada. J. R. la convence de que se quede, la compra y la convierte en su amante. Por otro lado, J. R. emprende negocios cada vez más arriesgados: desea invertir en el sureste asiático, pese a las advertencias de su padre. Para conseguir dinero hipoteca el rancho. Además tiene el proyecto de hacer perforaciones en el rancho de Southfork. Bobby acaba enterándose de los proyectos e informa a la familia. Sin embargo, J. R. consigue devolver la hipoteca; pero sobre la marcha estalla una revolución en el sureste de Asia, que amenaza con nacionalizar los pozos de petróleo. J. R. tiene el tiempo justo para revender, con pérdida, sus acciones a sus socios, con engaño. Jock no está satisfecho; reprocha con violencia a J. R. el haber corrido el riesgo de perder Southfork y de haber querido perforar pozos en sus tierras.

Bobby se halla en una situación delicada. Denuncia las maniobras de su hermano, se pelea fisicamente con él, pero ante las demás personas lo defiende.

Kristin, abandonada y humillada por J. R., quiere vengarse denunciando algunas de sus maniobras más ¡legales. J. R. llega a saberlo y la obliga a marcharse de Texas. Kristin, muy decidida, trata de obtener la ayuda y los favores de Bobby. Éste, siempre íntegro y clarividente, duda de la sinceridad de ella y rechaza sus insinuaciones.

J. R. combate en todos los frentes y se supera a sí mismo en maquiavelismo. Para impedir que su hermano Gary vuelva a Southfork, quiere casar a Luey, la hija de su hermano, con un arribista sin clase y enviar a ambos a Chicago. Puesto que su único lazo con Southfork ha desaparecido, Gary ya no tendrá razón alguna para volver. Pero la intentona fracasa por poco.

Y esto no es todo. Cliff Barnes encuentra un papel de su padre que le da derecho a la. mitad de los beneficios del pozo 23, que había sido puesto en marcha por Bobby. J. R. llega a saberlo y ordena clausurar el pozo inmediatamente: "Y bien, Bobby", dice J. R. en un tono ligero, "¿tú creías que abriendo el pozo convertirías a tu cuñado en un hombre rico?" Muy encolerizado, Bobby y Pamela se marchan de Dallas: "Ya no puedo vivir bajo el mismo techo que J. R."; "Expoliar al hijo después de haber expoliado al padre, ¡es demasiado!" Sue Ellen señala que J. R. ha obtenido todo lo que quería: el que Gary y Bobby se hayan marchado, ha podido comprar a Maureen y a Kristin, y ha engañado a sus socios.

Una tarde, mientras está en su despacho, alguien dispara contra J. R. Bobby y Pamela vuelven rápidamente a Southfork. J. R. ha sido herido de gravedad, pero se niega a indicar al culpable, porque desea vengarse por sí mismo. El serial termina, mientras queda en el aire un interrogante angustioso: ¿quién disparó contra J. R.?

EL ANÁLISIS

El espectador asiduo notará que hemos analizado sólo dos de las cinco series que componen el serial completo. Y lo hemos hecho así por varias razones. En primer lugar, porque el serial no se terminó con esas cinco series: siempre queda en pie una posible continuación. De ahí que no sea tan importante estudiar el serial en su totalidad. En segundo lugar hemos realizado nuestro análisis utilizando libros, con el fin de basamos en un material estable e indiscutible, y no, utilizando mera mente el recuerdo de una visualización fugitiva. Ahora bien, sólo tres series han sido publicadas hasta el día de hoy. Y si, además, nos hemos limitado a dos de los libros, ha sido para dominar mejor el objeto de nuestro estudio; para evitar que elementos aleatorios no nos induzcan a error. Finalmente, sobre todo, el material nos ha sido suficiente para desvelar una estructura constante, que constituye la trama de todos los episodios anteriores.

Lo que sucede en la narración es un intento de compensar el desorden. Pero el intento no puede producirse fácilmente, sino que sufre presiones contrarias. A causa de una fuerza centrífuga, ambos clanes se odian a muerte: los protagonistas príncipales del antagonismo son J. R. Ewing y Cliff Barnes. Este último afirma que "los va a cortar en pedazos, y cuando haya acabado con ellos ya no quedará nada". Igualmente, J. R. no duda en oponerse a los Barnes: hace cerrar un pozo de petróleo en cuanto sabe que los Barnes pueden obtener beneficios.

A causa de una fuerza centrípeta, ambos clanes tratan de reconciliarse por intermedio de Bobby Ewing y de Pamela Barnes. Éstos se aman con un amor puro y duro que resiste todas las pruebas: ambos declinan todas las aventuras extraconyugales que se les ofrecen. Pamela encarna a su padre, Digger Barnes: Bobby encarna a sus padres, Jock y Ellie. Una única sombra en el panorama: Pamela y Bobby tratan durante todo el serial, y con toda la energía que da la desesperación, tener un hijo, pero sin éxito; se trata de un punto fundamental, pues el hijo encarnaría a los fundadores de ambos clanes. Además, Bobby es muy generoso con el clan Barnes; lo apoya continuarriente aun en contra de su propia familia. Así, al final del serial decide abandonar Dallas porque J. R. ha desposeído a los Barnes una vez más.

Pero todo sigue en pie: las fuerzas centrífugas y centrípetas combaten todavía duramente entre sí, sin que sepamos cuál de ellas obtendrá la victoria al final de la narración.

Después de volver a ordenar cronológicamente los principales acontecimientos, veamos de una manera más formal cómo se organizan éstos. Para ello detengámonos en los tres hermanos Ewing, que representan la estructura básica del folletín.

Cada hermano mantiene relaciones muy concretas con su propio clan y con el clan Barnes.

Con relación a su propio clan, J. R. se identifica totalmente con el linaje paterno. Se hace de nuevo con Ewing Oil y es la copia de Jock: "J. R. seguía al viejo como si fuese su sombra. Cuando Jock Ewing estornudaba, J. R. se sonaba". Gary representa al linaje materno, pero es negativo; en contra de la voluntad de su madre, Gary rechaza la dirección del rancho y abandona Dallas. Por su lado, Bobby es la encarnación del doble linaje paterno y materno. En cierto sentido es el prodigio del pensamiento natural. Al no haber sido criado por ninguno de sus progenitores, los representa a ambos a la vez: es capaz de dirigir el rancho de Southfork y los petróleos Ewing con una honestidad y fortuna únicos. Así pues, los tres hermanos se diferencian según su proximidad mayor o menor respecto de los parientes a los que representan: J. R. está muy próximo a su padre; Gary, demasiado alejado de su madre, y Bobby, en el justo medio, posee de sus padres exactamente lo que hay que tener. De los tres hermanos, sólo Bobby es el digno representante de su clan: Gary reniega de éste al marcharse, y J. R., a causa de sus fraudes, es rechazado por todos, incluido su propio padre.

Todo esto nos permite reconstruir la estructura de base del serial, que volveremos a encontrar en cada etapa de nuestro análisis:

- J. R.: valor negativo; excesiva proximidad del clan.

- Gary: valor negativo; alejamiento excesivo de su clan.

- Bobby: valor positivo; distancia correcta de su clan.

LA ESTRUCTURA BÁSICA

Volveremos a encontrarnos esta estructura principalmente en el intercambio matrimonial que realiza cada hermano. J. R. se ha casado con Sue Ellen, pero trata de hacerla encerrar y transcurre la mayor parte del tiempo con amantes. Gary se ha casado con Maureen, pero en un primer momento se separa de ella para someterse a una cura de desintoxicación, y luego se separa de nuevo cuando descubre la relación que mantenía con J. R. Ambas uniones son, pues, unos fracasos. Como castigo, ninguna de las dos parejas tendrá hijos legítimos: J. R. Junior no es hijo de J. R., sino de Cliff Barnes; Lucy no es hija de Gary, sino de J. R. Por su lado, Bobby ha hecho una buena unión: se ha casado con Pamela Barnes; al contrario que Gary, vive con ella, y al contrario que J. R., sólo mantiene relaciones sexuales con ella. Pero las dos uniones ilegítimas deben ser diferenciadas. Gary se ha casado con una mujer ajena al clan Ewing: no se ocupa de petróleo ni del rancho, y los Ewing desconocen sus antecedentes; además, vive separado de su mujer. Esta unión se caracteriza, pues, por un alejamiento excesivo respecto de su clan, por un lado, y respecto de su mujer, por el otro.

Lógicamente podemos pensar que la unión llevada a cabo por J. R. está marcada por una gran proximidad, pero se trataría de una unión de tipo incestuoso. La prueba de ello es que las dos amantes más importantes de J. R. son sus cuñadas: Maureen, mujer de su hermano, con la que tendrá un hijo, y Kristin, hermana de su propia esposa. La vida sexual de J. R. refuerza el carácter incestuoso a que hemos aludido: su iniciación sexual ha tenido lugar con una mujer de la edad de su madre; posteriormente ya no podrá tener relaciones sexuales más que volviendo a vivir simbólicamente el acontecimiento.

Una vez llegados hasta aquí en nuestro análisis, se nos podría acusar de no haber tenido en cuenta lo que parece ser el centro de la moral del folletín: el dinero y el poder que proporciona. Si no lo hemos hecho así es porque, en nuestra opinión, este aspecto deriva del anterior. Por consiguiente, la moral de Dallas no es que el dinero proporcione poder, ni que el dinero y el poder sean buenos. Teniendo en cuenta que el dinero y el poder han salido de las relaciones familiares, habrá que distinguir varios tipos, que pueden ser legítimos o no. La moral es que el dinero es bueno cuando resulta complementario de un buen intercambio matrimonial y del linaje de clan. Y el dinero es malo cuando niega el intercambio matrimonial.

El origen del conflicto entre los Barnes y los Ewing es la negación del intercambio material, complementario de la negación del intercambio matrimonial: Jock Ewing no sólo ha arrebatado Ellie a Digger Barnes, sino todas las fuentes de riqueza. La negativa al intercambio implica un reparto desigual de la riqueza: el clan Barnes es pobre, el clan Ewing es rico. En el seno del clan Ewing, la dirección de los petróleos garantiza a J. R. la posesión de una riqueza excesiva; inversamente, la huida de Gary hace que éste quede desprovisto de todo; Bobby, en el justo medio, es rico, pero no demasiado. Una unión favorable es que un muchacho rico contraiga matrimonio con una muchacha de origen pobre, la jerarquía social obliga; es el caso de Bobby y Pamela, pues los pobres de los Ewing son los Barnes (¡cada uno tiene a sus propios pobres!) y tienen una deuda hacia ellos, que Bobby, a lo largo de todo el folletín, no dejará de pagar. Pero que un muchacho rico se case con una muchacha rica, como J. R. y Sue Ellen, o que un muchacho pobre haga otro tanto con una muchacha pobre, como Gary y Maureen, significa que la unión es ilegítima.

PETRÓLEO Y 'WHISKY'

Pero hay más. Como un ritmo, el folletín está construido con materiales heterogéneos, pero complementarios entre sí. Tras examinar las relaciones familiares y la riqueza, examinemos los elementos naturales a los que hace referencia la moral de Dallas. Tales elementos constituyen la parte más inconsciente de la estructura.

En el origen de la narración está el rancho. Esto designa muy claramente un elemento natural: la tierra. Y Jock subraya el carácter fundamental y complementario respecto de las relaciones familiares: "En la vida sólo hay dos cosas realmente importantes: la familia y la tierra". La tierra es el elemento positivo que los héroes positivos tratan de salvaguardar. En efecto, el restablecimiento del intercambio supone protección y reparto de la tierra en cuestión. Así, Bobby se identifica con esta tierra: "Tú estás mucho más contento cuando te ocupas del rancho", le dice su madre; "y te ocupas de manera admirable, por otro lado". Se trata ahora de hallar dos elementos naturales opuestos a esta tierra originaria.

El primero de esos dos elementos es, sin duda, el petróleo: elemento acuoso infractónico. El petróleo es lo opuesto a la tierra: es un elemento acuoso que ha salido de ella. J. R., al dirigir los petróleos Ewing, se identifica con este elemento. Y se opone a la tierra al hipotecar el rancho y sus tierras para cubrir las transacciones arriesgadas. Asimismo tiene proyectado perforar otros pozos de petróleo en terrenos, del ancho Southfork.

Ahora debemos hallar un último elemento natural con el que pueda identificarse Gary. Lógicamente deberá ser un elemento acuoso, como el petróleo, pero supractónico, al contrario que el petróleo.

Este elemento existe y juega un importante papel en el folletín: el whisky. Gary es aIcohólico y beber es su principal preocupación, como puede serlo la dirección del ancho o del petróleo para sus hermanos.

De nuevo los dos elementos acuosos se hallan más o menos próximos a la tierra. El petróleo, una especie de barro, se halla más o menos mezclado con la tierra; lo que nos lleva a la época del Génesis, cuando la tierra y el agua no se habían separado todavía, cuando el incesto todavía no era algo reprensible y el intercambio matrimonial no era aún la regla. En pocas palabras, el petróleo se encuentra excesivamente próximo a la tierra. Por el contrario, el alcohol, líquido claro y destilado, representa a una sociedad que ha perdido todos sus nexos con la tierra originaria. En el folletín, el whisky es bebido por los hombres que deben exiliarse y que lo han perdido todo, riquezas y mujer. En pocas palabras: se halla excesivamente alejado le la tierra.

La moral aquí es que se debe conservar a distancia conveniente respecto de la tierra: ésta es nuestro origen y constituye la Mente de la moral y del intercambio. No debemos cortar nuestras relaciones con ella, pero tampoco permanecer demasiado cerca de ella. Pues, en ambos casos, la moral y el intercambio se verían negados.

Detengamos aquí la demostración. Es parcial, sin duda, pero suficiente para permitirnos enunciar la moral de Dallas. Esta moral comprende una buena conducta que encaja con el conjunto de las malas conductas; y la buena conducta es, como era de esperar, el justo medio entre las malas: en cuanto a la filiación y al intercambio matrimonial, cada uno debe actuar de acuerdo con ambos progenitores a la vez, pero no de acuerdo con uno solo ni en desacuerdo con todos. Cada uno ha de contraer matrimonio con una muchacha del clan al que se debe algo, pero no con una muchacha de su propio clan ni con una extraña. En cuanto a la riqueza, cada uno habrá de intercambiar las riquezas con el clan pobre al que se le debe algo; pero no deberá dilapidarlas ni acumularlas. Por lo que respecta a los elementos naturales, cada uno deberá conservar los lazos con la tierra originaria, pero no deberá estar demasiado próximo ni demasiado alejado.

De manera aún más sintética, la moral de Dallas representa la justificación de las reglas de intercambio: todo don debe tener un contra don.

Una moral semejante se adapta perfectamente a la idea que todos tenemos de Texas. Dallas es la ciudad donde se ha cometido el parricidio por excelencia: el asesinato de un presidente. Todos se toman la justicia por su mano, en contra de las leyes más fundamentales. Texas concentra en un solo lugar el pasado y el presente de Estados Unidos: el pasado, con la conquista del Oeste y los ranchos; el presente, con el mundo de los negocios y el petróleo. Así, viendo el folletín, los estadounidenses vuelven a vivir la formación de su sociedad: todavía no se ha consolidado la moral; tiene que vérselas seriamente con la inmoralidad y la amoralidad. Pero una moral semejante es también universal. Es universal el contra don en el intercambio matrimonial y en el intercambio de bienes materiales. Esto permite en parte comprender por qué Dallas tiene éxito en el seno de culturas muy diferentes entre sí. El éxito no significa alienación respecto a una ideología que hace la apología del poder y del capitalismo, que el buen humanismo condena. Constatemos, por otro lado, que esta ideología no es más que una parte de la moral enunciada anteriormente: se la deduce de la actitud de J. R., punto central del folletín, pero héroe negativo. El serial constituye, pues, desde este punto de vista, una reactivación de los mitos más antiguos en la sociedad nueva que es la estadounidense.

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