Un viento, con una
velocidad que llegó en algunos momentos a los 61 kilómetros por hora, hizo que los bomberos madrileños tuvieran que realizar una treintena de salidas para sanear cornisas y cortar ramas de árboles desprendidas por el fuerte viento, que no produjo desgracias personales, derribó un árbol en la calle de Elfo y una farola del alumbrado en la de Corregidor Cabeza de Vaca.
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