_
_
_
_
_

Un viento, con una

velocidad que llegó en algunos momentos a los 61 kilómetros por hora, hizo que los bomberos madrileños tuvieran que realizar una treintena de salidas para sanear cornisas y cortar ramas de árboles desprendidas por el fuerte viento, que no produjo desgracias personales, derribó un árbol en la calle de Elfo y una farola del alumbrado en la de Corregidor Cabeza de Vaca.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_