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La salvación de Bruguera, pendiente de los trabajadores

Los 800 trabajadores de Editorial- Bruguera, SA, y de su distribuidora, Libresa, aceptarán el próximo viernes la propuesta de saneamiento formulada por el Banco de Crédito Industrial (BCI), por la que con el importe de la rescisión de sus contratos financiarán la reflotación de su empresa, que quedará obligada a contratarlos de nuevo.

La original fórmula planteada contempla la creación de una sociedad anónima laboral por parte de todos los trabajadores del grupo Bruguera, a excepción de los 12 cargos directivos, autorizada a ejercer trabajos editoriales para terceros. Para la creación de dicha sociedad, los trabajadores aceptan la rescisión voluntaria, sin contra partidas, de sus actuales contratos de trabajo y Bruguera se impone la obligatoriedad de contratar nuevamente a la totalidad de los integrantes de la sociedad laboral. El pago único del importe del seguro de desempleo de los 800 trabaja dores de Bruguera supondrá 1.400 millones de pesetas que los trabajadores cederán, sin contrapartidas, para el reflotamiento de la editorial. Una vez transcurridos cuatro años, momento en que los trabajadores habrán recuperado sus derechos de desempleo, el préstamo de los trabajadores a Bruguera quedará zanjado.El papel del Banco de Crédito Industrial en esta operación es el de avalar a los trabajadores de Bruguera durante los tres primeros años de la operación a partir de 1986, por la parte correspondiente del seguro de desempleo en juego, en el supuesto de que la operación de reflotamiento acabara en una quiebra o liquidación. El BCI en su propuesta añade otras muchas condiciones no poco significativas. Así, por ejemplo, durante los cuatro próximos años el BCI se reserva la opción de compra, o de transmisión de la misma a terceros., de las acciones de la sociedad Bruguera calculadas a peseta la acción en el momento en que se inicie el plan de viabilidad.

Intervención del banco

Asimismo el banco mantendrá un supervisor que velará por la ejecución de todo el plan de viabilidad, renegociará condiciones más favorables con las otras entidades financieras involucradas en Bruguera como acreedores, decidirá los directivos de la sociedad y nombrará el consejo de administración. De hecho, la fórmula presentada al comité de salvación de Editorial Bruguera por el BCI, viene a significar una intervención pública pero manteniendo el carácter privado de la sociedad.

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