Crítica desengañada a EL PAIS
Supongo que hay un momento, casi imperceptible, en que un periódico como el que usted dirige empieza a perder su carácter renovador para deslizarse por el suave tobogán del adocenamiento. Hace tiempo que sospechaba que EL PAIS se acercaba a esa zona de peligro, al agradable adormecimiento entre los laureles. Los números de agosto confirman mis temores. Ya se sabe que es un mes flojo en noticias, pero eso no excusa tales desatinos como su colección de Lecturas de verano, que, con excepción del relato de Valentí Puig y poco más, se ha reducido a llenar páginas con textos tan peregrinos como las autoalabanzas de Fernando Savater, bajo el disfraz de cuaderno de viaje, o las delirantes observaciones bostonianas de Rosa Montero, que incluyen como lo negativo de Estados Unidos la cifra de "un millón de niños raptados" que oyó en un programa de televisión, y se queda tan fresca (evidentemente, una chica progre española que no ve TVE no está preparada para extraer datos objetivos del marasmo electrón¡co-informativo de aquel país). .Otro síntoma preocupante es el que se manifiesta en sus páginas culturales, cada vez más escoradas hacia figuras y manifestaciones rancias. Un ejemplo: se han podido leer crónicas diarias sobre conciertos y festivales de música clásica, pero no se ha reservado ningún, espacio para los miles de actuaciones y las docenas de discos de música rock que han animado estas últimas semanas, con la excepción de los remotos y oficialistas espectáculos de Bruce Springsteen. Considero que la orientación académica de EL PAIS es cada vez más acusada, y me temo que tal olvido del rock o el jazz no se trata de una casualidad cuando cuentan con firmas tan respetadas como las de Diego A. Manrique o José Ramón Rubio para tales menesteres. EL PAIS se hace mayor, pero, ¡ay!, también más oficialista y conservador. Seguiré acudiendo cada mañana al quiosco, pero ya con el resquemor de saber que su diario está renuciando a ser el testigo de la nueva España. Saludos tristes de un lector desencantado.-
Madrid.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.