Ferrer Salat y el director de la Feria de Muestras se convierten en los 'hombres fuertes' de Barcelona 92

El consejo rector de la candidatura de Barcelona para los Juegos Olímpicos de Verano de 1992 aprobó ayer una profunda reestructuración de la oficina encargada de promocionar las aspiraciones españolas hasta octubre de 1986, fecha en que se designará la ciudad sede de los Juegos Olímpicos. Josep, Miquel Abad, como consejero delegado del comité ejecutivo, y Carlos Ferrer Salat, en su calidad de presidente ejecutivo del comité de relaciones internacionales, se convierten en los dos hombres fuertes de la candidatura, designados por el presidente del consejo y alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall. Los cambios introducidos en la candidatura esconden una seria crítica al sistema de trabajo seguido hasta ahora. Los dos nombres más relevantes de la antigua organización -el comisionado, Joan Mas Cantí, y el director de la Oficina Olímpica, Jordi Serra- quedan orgánicamente diluidos por la nueva disposición.

Tres son los objetivos de la renovación aprobada ayer. En primer lugar, favorecer la aceleración del ritmo de los trabajos para conseguir la designación y llevar al día los proyectos centrales de la candidatura. En segundo lugar, dar respuesta a las múltiples críticas que la actuación de la Oficina Olímpica había provocado tanto en medios políticos como deportivos. Y, en tercer término, cerrar el período de reflexión en el que ha estado inmersa la oficina y empezar a tomar decisiones respecto a los múltiples trabajos que están en marcha. Los cambios en el organigrama son significativos en este sentido y las innovaciones ponen al descubierto los errores cometidos hasta ahora, aunque no aceptados oficialmente por los promotores de la candidatura.El organigrama (véase cuadro) descansa en el consejo rector y en la figura de su presidente, Pasqual Maragall. Sin embargo, refleja con claridad que la piedra angular de la candidatura será Josep Miquel Abad, quien asume la dirección inmediata de toda la estructura operativa y de la empresa Anillo Olímpico de Montjulic, SA, encargada de las construcciones deportivas más importantes del proyecto. Actuando como consejero delegado es el punto de conexión y el encargado de prestar el apoyo logístico necesario al comité de relaciones internacionales que dirigirá Carlos Ferrer Salat, cuyas funciones quedan delimitadas a la promoción exterior.

Se crean dos nuevos departamentos "imprescindibles", según el documento aprobado ayer, pero inexistentes hasta este momento: el de Medios de Comunicación y el de Deportes. Este último con el evidente objetivo de favorecer la relación con los medios deportivos, tarea que venían desempeñando al menos cinco personas sin relación jerarquizada entre ellas. Una novedad de concepción importante es la de la conversión de la oficina, actualmente concebida como una dependencia municipal clásica, en un órgano especial de gestión, con el objetivo de ganar agilidad sin perder las ventajas de las administración pública.

Ganar coherencia

El documento por el que se modifica la organización de la Oficina Olímpica, creada el 26, de noviembre de 1982, recoge implícitamente numerosos elementos de autocrítica, en su rnayoría atribuidos al organigrama en vigor hasta ayer, fruto a su vez de un complicado equilibrio (de fuerzas entre socialistas y convergentes. Éste estaba presidido por un comisionado y un director de .la oficina prácticamente al mismo nivel operativo, lo que en opinión de los expertos en organizaciones facilitaba la confusión respecto al centro de decisión.

El nuevo organigrama., aprobado inicialmente por el comité ejecutivo hace una semana y resultado, como el propio comité, del pacto global entre Ayuntamiento, Generalitat y Administración Central, que parece haber acabado con las reticencias públicas en el seno de la candidatura, pretende alcanzar, según recoge el documento, la máxima coherencia para "evitar situaciones de duda, desconcierto o discrepancia"; una sistemática y estricta coordinación en las actuaciones que .eviten contradicciones, superposiciones, vacíos o cualquier otra disfunción que consuma inútilmente recursos y energías" y una inmediata aceleración del ritmo de trabajo.

El ajuste organizativo emprendido por el consejo rector no ,contempla ceses, aunque sí modifica las competencias y la situación jerárquica de Joan Mas Cantí y Jordi Serra. La figura del comisionado perderá en la práctica toda incidencia en los circuitos operativos. Desaparece el cargo de director de la oficina, creándose el de coordinador, de carácter administrativo, y que ocupará Jordi Serra.

La renovación constituye además una respuesta positiva a las exigencias de la Asociación de Empresarios Barcelona 92, que solicitaron una papel ejecutivo como compensación a su colaboración económica en el proyecto. El nombramiento de Carlos Ferrer Salat, miembro del Comité Olímpico Internacional y presidente de la de asociación, como responsable de la promoción exterior colma estas aspiraciones. Ferrer Salat creará a su vez un staff en el que probablemente tendrá un lugar Andreu Mercé Varela, hasta ahora asesor de Relaciones Internacionales y Publicaciones de la oficina.