Abandono de Karpov en la primera partida del Mundial
El soviético Garí Kasparov, aspirante al título mundial de ajedrez, ganó ayer la primera partida del encuentro que le enfrenta a su compatriota y actual campeón, Anatoli Karpov, por abandono de éste. La posición aplazada en la víspera no llegó a reanudarse porque Karpov comunicó su renuncia a los árbitros. La segunda de las 24 partidas previstas como máximo -en cuanto alguno logre seis triunfos ya no se disputarán más- se jugará hoy. Karpov llevará las piezas blancas.Como adelantaban todos los pronósticos, no fue necesario que los jugadores volvieran a presentarse en la sala de conciertos Chaikovski, de Moscú, con el fin de reanudar la partida aplazada. En la víspera, los grandes maestros soviéticos Dorfman y Timoschenko, ayudantes de Kasparov, comentaron en la sala de Prensa: "La posición de Karpov es desesperada: no hay solución posible".
La forma en que el joven aspirante (22 años) consiguió el martes la victoria concuerda plenamente con las declaraciones que el gran maestro Polugaevski hizo semanas atrás a la Prensa soviética: "Para vencer a Karpov hay que ganarle tres veces en la misma partida". Kasparov aprovechó la ventaja de jugar con blancas y sorprendió a su rival con una variante casi inédita para él. Al querer evitar las complicaciones, Karpov cayó en una posición pasiva y sin perspectivas de reacción. Kasparov, ante la débil defensa de un oponente en clara desventaja psicológica y estratégica, fue aumentando la presión hasta conseguir una posición ganadora. Por último, remató su labor en un final correctamente jugado, aunque cometió alguna imprecisión.
Durante el transcurso de la partida sucedió un incidente que puede servir como referencia para conocer las simpatías del público. Pensando en aquellos espectadores incapaces de mantener el estricto silencio que debe reinar en la sala de juego, la organización ha dispuesto un gigantesco tablero electrónico en uno de los vestíbulos, al que se van transmitiendo las jugadas por medio de unos muchachos-mensajeros. Cuando habían transcurrido unas cuatro horas de juego, un error de transmisión hizo creer a los espectadores que Karpov había abandonado, lo que fue acogido con grandes aplausos por la mayoría de los asistentes.
Dejando a un lado las motivaciones sociopolíticas, existe una explicación puramente deportiva de la cantidad de simpatizantes que tiene Kasparov. La mayor parte del público comprendió anteayer casi todos los movimientos realizados por el aspirante, cuya forma de ganar fue cristalina en su ejecución. No ocurre lo mismo con Karpov, aunque el actual campeón está considerado como uno de los mejores jugadores de todos los tiempos.
Kasparov, refiriéndose a su preparación para el encuentro, declaró, días antes de la inauguración: "Tengo dispuestas unas armas secretas en las aperturas que pueden hacer mucho daño". Es probable que esta afirmación no asustara a Karpov, pero su derrota de ayer, basada precisamente en un error de apertura, puede quebrar su estabilidad psicológica.
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