Un barco de bandera panameña, abandonado por su empresa en el puerto de Valencia
El barco mercante Deppy, de bandera panameña, con 13 tripulantes (dos chilenos y el resto paquistaníes), se encuentra atracado en el puerto de Valencia desde hace más de 10 días, sin combustible y abandonado por el armador, la empresa griega Regal Bay and Riversides Houldings, que debe a los tripulantes unos 13 millones de pesetas en salarios. Estos han decidido iniciar una huelga indefinida. La UGT de la Marina mercante, que ha solucionado provisionalmente el problema de la alimentación de los marineros y está intentando conseguir combustible, presentó una demanda de embargo contra el buque y la carga.
Por su parte, la compañía Ibérica Marine, agente de carga del barco en España, solicitó tunbién el embargo del navío, que ha sido decretado por el Juzgado de Instrucción número 4 de Valencia. Dionisio Bru, director de Ibérica Marine, manifestó a EL PAIS que el armador le adeuda una cantidad en torno a los 45 millones de pesetas.Además, la UGT ha denunciado ante la Comandancia de Marina la situación del buque, que no cuenta, según la central, con las necesarias medidas de seguridad para navegar. Ante esto, la Comandancia de Marina decidió no dejarlo zarpar mientras no se subsanen las deficiencias que presenta.
José María Iglesias, de UGT, señaló a este periódico el peligro que supone para las empresas marítimas contratar barcos con bandera de conveniencia, como la panameña, por el hecho de que corresponden a países que no exigen condiciones laborales y de seguridad adecuadas. Estos buques suponen una competencia desleal para los de otros países, como los españoles, que, aplican una normativa rígida. En otras ocasiones se han dado
casos parecidos en Valencia de abandono de buques con bandera de conveniencia.
El Deppy, fabricado hace 21 años, según indicó Leopoldo Salgado, uno de los tripulantes chilenos, y transporta 8.000 toneladas de carga con destino a Arabia. Saudí, Omán y Kuwait, integrada por rollos de papel, azulejos, confecciones, plástico y alimento, valorada en unos tres millones de dólares (490 millones de pesetas). Después de cargar en España, el buque marchó a Italia, donde esperaba, según el agente de carga, Dionisio Bru, un cargamento de 5.000 toneladas de hierro valorado en más de. 400.000 dólares, carga que no se llegó a efectuar.
Por su parte, el griego Nicolas Vasiliadis, mandatario universal de la compañía propietaria del barco, ha manifestado "no reconocer como válidos" a los representantes de UGT, ya que "son organismos sindicales españoles, con afiliados españoles, para la defensa de ciudadanos españoles, trabajadores en empresas españolas".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.