Olor en el cementerio
A través del diario que usted dirige quiero, si es posible y ello propone, hacer un llamamiento a las autoridades nacionales de sanidad, al objeto de que inspeccionen el caso que a continuación expongo:Estando visitando el nicho de mi difunto padre el domingo día 11 de agosto de 1985 en el cerrienterio municipal de Carabanchel, sección 21-H, fila 3ª, número 52, percibí tal hediondez por descomposición humana que me fue imposible permanecer en el lugar más de dos minutos.
Considero, y doy fe que esto no se realiza, que al depositar el féretro en el nicho es necesario sellar herméticamente la pieza anterior a la lápida. Con esta norma a implantar se mitigaría en gran parte el dolor que nos produce tener en ese lugar a nuestros seres queridos, permitiéndonos estar unos minutos más, y sobre todo se evitaría cualquier posible daño por inspiración de ese aire tan nocivo para la salud.-