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El resultado de las elecciones iraníes, un fracaso relativo para el régimen de Jomeini

Los resultados de los comicios presidenciales iraníes han puesto de relieve cierto desapego y descontento del electorado, a pesar de la holgada reelección de Alí Jamenei, que obtuvo un 85,6% de los sufragios. Dado a conocer el lunes por la noche por el ministro del Interior, el escrutinio definitivo de los votos emitidos el viernes arroja una pérdida para el jefe del Estado del 27,5% de los sufragios -4,6 millones de votos- obtenidos en las elecciones celebradas hace cuatro años.En198 1, más de 16,8 millones, el 95% de los ciudadanos que acudieron a las urnas, se pronunciaron por Jamenei, mientras ahora sólo 12,2 millones, el 85% de los votantes, suscribieron su política, a pesar de que la mayoría de la edad electoral fue rebajada hasta los 16 años. En segundo lugar de la carrera presidencial se situó el teólogo-jurista Mahmud Mostafavi Kashani, con un 9,8%, seguido por el último y tercer candidato autorizado a concurrir, Habib Asgar Owladi, ex ministro de Comercio, que tuvo que conformarse con un 1,9%, mientras un 2,4% de las papeletas fueron clasificadas como votos en blanco o nulos.

Más grave aún fue para el régimen islámico del ayatollah Ruhollah Jomeini fue el aumento de la abstención (aquél esperaba suscitar con esta consulta una masiva participación, ilustrativa del apoyo popular con el que pretende contar), pues el número de ciudadanos que se desplazó hasta los colegios electorales disminuyó aproximadamente, en un 10% en relación a los comicios legislativos de abril de 1984.

A falta de censo electoral fidedigno, las autoridades de Teherán estiman el número de iraníes con derecho a voto entre 23 y 24 millones, de los que sólo 14,2 millones se tomaron la molestia de depositar una pepeleta en la urna, un porcentaje que oscila entre el 59% y el 62% de los electores potenciales.

Una vez seleccionados por el Consejo de Guardianes de la Constitución, los tres aspirantes a ejercer un mandato, presidencial de cuatro años, los obervadores estimaron que el juego entre ellos fue limpio durante la campaña y el recuento, pero no sucedió lo mismo con la opinión pública, fuertemente presionada por la jerarquía religiosa para que cumplie se sus deberes electorales, Jomeini; guía espiritual de Irán, asimiló la participación con un deber religioso.

A pesar de este condicionamiento, el abstencionismo alcanzó el porcentaje récord del 40%, y más de un 50% en algunas zonas urbanas, que pone en evidencia un relativo fracaso del Gobierno islámico en movilizar a su opinión, como se ha apresurado en proclamar la oposición tolerada del Movimiento de Liberación de Irán, de Mehdi Bazargan, o clandestina y exiliada de los izquierdistas muyahidin Jalq, del ex primer ministro Shapur Bajtiar, y de los monárquicos. Todos estos grupos preconizaron en sus emisiones por radio o distribuyendo octavillas el boicoteo de la consulta, e incluso los muyahidin anunciaron desde París con este motivo "dos semanas de, acciones militares", que la contundente actuación del ministro de Seguridad, hojatoleslam Rey Chari, consiguió aparentemente abortar.

Para estos adversarios de Jomeini, el resultado confirma y amplifica las anteriores protestas contra la continuación de la guerra contra Irak y la situación económica, señaladas en algunas ciudades de Irán, y, sobre todo, en Teherán, donde, respondiendo en mayo a un llamamiento de Shapur Bajtiar, miles de automovilistas provocaro n con sus coches en un día festivo un inmenso atasco.

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