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Reportaje:

Aprendices de todo, maestros del paro

La OCDE prevé que en 1986 un 46% de españoles estará desempleado

Rosa Cullell

La generación de los 80, formada por hombres y mujeres nacidos entre finales de los cincuenta y mediados de los sesenta, llegó al mundo en el período de más altas tasas de natalidad de la posguerra, coincidiendo don el desarrollo económico en toda Europa. Este desarrollo tocó de refilón a España, que se apuntó al baby boom y creó una abultada generación. Una generación que sé ha puesto a buscar empleo en plena crisis económica.Un 16,8% de los niños, ahora jóvenes de entre 16 y 24 años, nacidos durante ese baby boom en los países de la OCDE se encuentra ahora desempleado, según el último informe de la organización. Pero el récord lo ha conseguido España que, en 1984, elevó el listón del paro juvenil hasta un 44,1%. Una cifra que supera, incluso, anteriores previsiones de los economistas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, que vaticinaron en 1983 que el desempleo afectaría el siguiente año a un 42% de los jóvenes españoles.

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La OCDE, que ha calificado al paro juvenil como "mal endémico de las economías europeas y objetivo prioritario a tratar por todos los países miembros", ha realizado diversos planes para combatirlo. Así, mientras desde 1979 hasta 1982 el paro siguió una línea ascendente en la mayoría de naciones, a partir de ese año se ha iniciado una tendencia hacia la disminución del desempleo juvenil en un alto número de países de la OCDE (EE UU, Alemania, Reino Unido, Canadá, Australia, Finlandia, Noruega, Suecia ... ). Esa mejora no ha sido compartida por España, Italia y Francia, que registraron el pasado año un fuerte empeoramiento de sus índices de desempleo juvenil y una grave pérdida en la contratación de jóvenes.

Contradiciendo la tendencia de la mayoría de países desarrollados, España ha pasado del 28,5% de paro juvenil en 1980 al 44,1% en 1984, lo que supone un aumento de 15 puntos en cuatro años. "El paro juvenil global registrará pocos cambios de un país a otro, situándose en un 16,2% en 1985, aunque la mejora que se prevé para los EEUU contrastará con un empeoramiento en Francia, Italia y España", asegura el informe de la OCDE. Esos tres países, además de Portugal y Grecia, a pesar de los planes puestos en marcha por sus Administraciones, mantendrán altas tasas de desempleo juvenil. En 1986, España llegará al 46% de paro, Italia al 37% y Francia al 31 %.

Escaso empleo continuado

Las Coordinadoras de Jóvenes Parados han emprendido en los últimos meses diversas acciones y encierros de protesta para exigir al Gobierno medidas urgentes para crear empleo juvenil. Los sucesivos planes emprendidos por las Administraciones estatal, locales y autonómicas han conseguido ofrecer a los jóvenes empleo temporal de entre tres y nueve meses, gracias a distintos tipos de subvenciones. Sin embargo, pocos de estos planes, afirman representantes de la Cooperativa de Jóvenes Parados de Barcelona "han finalizado, con la creación de empleo continuado y le han limitado a ofrecernos trabajo temporal". "Cuando el plan se acaba", añaden, "volvemos a las mismas: a esperar que alguien ponga en marcha un nuevo programa".El informe anual del Banco de España para 1984 da una cifra superior a la de la OCDE en lo que respecta al paro juvenil, afirmando que "las personas menores de 24 años suponen la mitad del paro total (1.425.000 personas) y su tasa de desempleo se eleva al 49% de la población activa del grupo". Esto supone, según el informe, que tienen empleo solamente una de cada cuatro personas menores de 24 años. También debe tenerse en cuenta que, aunque las estadísticas no lo reflejan, muchos de los jóvenes con trabajo están contratados únicamente de forma temporal, por lo que el número de adolescentes empleados indefinidamente sería aún menor. Todo ello da una idea de la intensidad con que la crisis está afectando a la población juvenil y, sobre todo, a los que buscan su primer empleo sin encontrarlo que, el pasado año, fueron 1.118.000 personas.

La situación de los jóvenes es mucho peor a la del resto de grupos de población activa, ya que, por ejemplo, la tasa de paro de las personas de entre 25 y 54 años es del 15%, sustancialmente menor a Ia media nacional

Formación y aprendizaje

A finales de 1984, tras un período de cierta incertidumbre respecto a las condicioness de las formas excepcionales de contratación, se aprobaron, al amparo de lo establecido en el Acuerdo Económico y Social (AES), un conjunto de reformas sobre las modalidades de contratos laborales, que han supuesto una considerable flexibilización de la regulación de empleo. Por un lado, se ha reformado el Estatuto de los Trabajadores, ampliándose los supuestos admitidos de empleo temporal y, por otro, se han ampliado las posibilidades de contratación al amparo de las condiciones especiales establecidas en los Programas de Fomento del Empleo. Los instrumentos más esperanzadores para los jóvenes han surgido con la regulación del Fondo de Solidaridad para el Empleo, que cuenta con un presupuesto de 60.000 millones de pesetas, y con el Plan Nacional de Formación e Inserción Profesional.Este Plan de Formación, por el cual se incrementan las ayudas a los empresarios que contraten a jóvenes en prácticas y formación hasta un 33% del coste salarial del contrato, está dotado con un presupuesto de 37.518 millones de pesetas. Sus objetivos son beneficiar a un total de 400.000 jóvenes de entre 16 y 30 años. Una cifra excepcionalmente alta si consideramos que el pasado año sólo 67.000 personas recibieron formación profesional.

La única duda que plantean los nuevos planes es si conseguirán crear empleo fijo o, como ya sucede en la actualidad, fomentarán casi exclusivamente la contratación temporal y el paso a las filas del paro de una nueva serie de maduros aprendices. De todos modos, tanto: las Coordinadoras de Jóvenes Parados, como sindicatos y organizaciones empresariales han calificado las nuevas medidas como, "un positivo primer paso". Una primer paso que la mayoría de países europeos ya había dado a finales de los años 70.

El paro juvenil, según Shirley Williams, presidenta del Partido Socialdemócrata del Reino Unido y economista experto de la OCDE en el área de creación de empleo, "ha sido provocado por un sistema, viejo, caduco y con pocas alternativas". Williams achaca el descenso de trabajo juvenil en Europa a "la rigidez de las instituciones, a la negativa a ofrecer una preparación profesional dentro de la escuela, a la insistencia en que los trabajadores jóvenes reciban un salario igual al de los adultos, y a las vacilaciones de los empresarios a la hora de contratar adolescentes, a pesar -de las subvenciones que ofrecen los Gobiernos".

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