Me acabo de jubilar
-anticipadamente-, y aunque no tengo ningún problema de aburrimiento porque me ilusionan y apasionan muchas cosas, me ofrezco gratis -sí gratis- como asesor de imagen del presidente González. Creo que después de lo del yate Azor esa plaza -si es que estaba cubierta- deberá quedar inmediatamente libre y la persona que tan torpemente la desempeñaba... ¡pasar inmediatamente al paro!Después del affaire Boyer, que tampoco ha sido manco, ahora lo del Azor pone de manifiesto que en lo que se refiere a imagen -por suerte o por desgracia, renglón importantísimo en personajes de altura- no funciona en la Moncloa.
Como temo que mi ofrecimiento no será atendido, un consejo: para desempeñar un puesto así solamente hace falta sentido común, lógica, conocimiento de la sociedad española y... un poco de imaginación. Nada más. Y nada menos. Y ya puestos a dar consejos, otro: si el yate Azor va a continuar en activo, ¿por qué no se le cambia de nombre? Su etapa anterior es ya historia.-
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