Nueva detención domiciliaria del opositor surcoreano Kim Dae Jung

El dirigente de la oposición de Corea del Sur Kim Dae Jung fue puesto ayer bajo detención domiciliaria al igual que Kim Sang Hyon, uno de sus más próximos colaboradores, horas antes de que comenzara la convención del opositor Partido Demócrata de la Nueva Corea (NKDP). Es la segunda detención de Kim Dae Jung desde su vuelta a Seúl de su exilio de dos años en EE UU, el pasado febrero.Unos 200 policías rodearon, a primeras horas de la mañana, el domicilio de Kim en Seúl. Según el jefe de la policía local, la medida se debe a que Kim ha desobedecido la orden gubernamental que le impide desarrollar actividades políticas por tener pendiente el cumplimiento de una pena de 20 años de cárcel por sedición.

El dirigente opositor declaró que, en su opinión, la medida tiene como fin impedir su asistencia a la Convención del KKDP, que se prolongará durante dos días.

"Creo que el Gobierno está preocupado por mi influencia en la convención del partido", dijo Kim, para quien "está claro que la medida afectará en gran medida al desarrollo del la Convención del partido", en la que está previsto efectuar una reestructuración de su directorio.

Kim Dae Jung y Kim Yoing Sam son los fundadores del NKDP y son considerados como los principales responsables, en la sombra, de este grupo, que logró un importante avance en las elecciones generales celebradas el pasado 12 de febrero frente al Partido de la Justicia Demócrata, del presidente Chun Doo Hwan.

'Los arrestos domiciliarios son medidas ilegales que se adoptan cada vez que la lucha por la democracia cobra fuerza", dijo Kim, quien añadió que estos procedimientos ponen de manifiesto la "naturaleza violenta del actual Gobierno surcoreano".

En unas recientes declaraciones, Kim afirmó que el no restablecimiento del régimen democrático en su país puede convertirse "en un peligroso campo de cultivo para el comunismo". "No queremos otro Vietnarn", dijo Kim.

El líder opositor, ex candidato presidencial, fue detenido a raíz del golpe militar de 1980 y conde nado por sedición a la pena de muerte. Las presiones internacionales ejercidas lograron la coninu tación de su pena a 20 años de cárcel. Posteriormente, logró el per miso de las autoridades para tras ladarse a EE UU con el fin de recibir tratamiento médico. A su vuel ta del exilio, fue sometido, durante un mes, a detención domiciliaria.