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Suráfrica amenaza con expulsar a trabajadores extranjeros si sus vecinos adoptan sanciones

El presidente de Suráfrica, Pieter W. Botha, amenazó el lunes con expulsar a cerca de un millón de trabajadores negros extranjeros si los países vecinos al suyo apoyan las sanciones contra el régimen de Pretoria propuestas por la comunidad internacional como represalia por su política de segregación racial.

El obispo negro anglicano Desmond Tutu, que intenta mantener conversaciones con Botha sobre la lucha racial en Suráfrica, declaró ayer por su parte que no renunciaría a la desobediencia civil en la lucha contra el segregacionismo ni siquiera como condición para lograr la entrevista que el lunes le negó el presidente surafricano.El premio Nobel de la Paz, que ha predecido consecuencias horribles para su país a menos que sea abolida rápidamente la política de segregación racial impuesta por la minoría blanca dominante, manifestó que todavía confía en poder celebrar la reunión.

La Administración norteamericana hizo ayer un llamamiento para que se inicien conversaciones entre el actual Gobierno racista de Suráfrica y los dirigentes negros. El Departamento de Estado norteamericano mostró igualmente su decepción por el rechazo del presidente surafricano a una reunión con el obispo Desmond Tutu.

Aun así, el Gobierno de Washington reiteró sus objeciones a la imposición de sanciones económicas contra Suráfrica, al rechazar las opiniones del líder de la mayoría republicana en el Senado, Robert Dole, que pidió al Congreso medidas en ese sentido.

Mientras tanto, las fuerzas de seguridad surafricanas han detenido a otras 44 personas, amparadas en los poderes absolutos que les otorga el estado de excepción impuesto en 36 distritos negros afectados por graves disturbios. El número de detenidos desde la declaración del estado de excepción el 21 de julio se eleva ya a 1.259 de acuerdo con la información facilitada ayer por la policía.

La policía informó que los equipos antidisturbios utilizaron pistolas, gases lacrimógenos y pelotas de goma para dispersar a un grupo de negros que incendiaron una escuela en Cathcart, en la problemática zona del este de El Cabo.

En la barriada negra de Nyanga, cerca de Ciudad del Cabo, un concejal negro disparó contra una multitud que apedreaba su casa. Asimismo, en Port Elizabeth, el propietario de una casa disparó contra gente que tiraba piedras, según informó la policía, que no dio más detalles.

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