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Tres personas en huelga de hambre ante la falta de soluciones administrativas para el primer 'arrepentido' de la heroína

Mario Albarrán abandonó ayer el Hospital Provincial de Madrid, donde había sido ingresado el jueves a causa de trastornos provocados por la huelga de hambre que él y un dirigente de Juventudes Socialistas sostienen desde el pasado 19 de julio. Mario intenta llamar la atención sobre la falta de soluciones administrativas al caso de su hermano Javier, el primer arrepentido de la heroína, que permanecía ayer en la enfermería de la prisión de Carabanchel, donde ingresó hace seis meses. Desde el martes, Javier se niega a ingerir alimentos.

Las Juventudes Socialistas siguen el caso Albarrán minuto a minuto desde que, el pasado febrero, Javier, de 29 años, padre de dos hijos, se entregó voluntariamente a la policía, confesó ser el autor de dos robos con una pistola de gas, y pidió ser sometido a una cura de desintoxicación y rehabilitación. El responsable de Prensa de la Ejecutiva Federal de esta organización, Nino Olmeda, de 34 años, está también en huelga de hambre desde el mismo momento que Mario Albarrán. Ambos han establecido su cuartel general en la sede de las Juventudes Socialistas, en la calle de Santa Engracia.La reivindicación de los tres huelguistas de hambre, los dos hermanos Albarrán y el dirigente socialista, es que Javier sea trasladado a un centro de rehabilitación, en vez de seguir en prisión.

El que ha sido llamado primer arrepentido de la heroína tiene pendientes dos causas judiciales por los robos que confesó. En una, la petición fiscal es de 18 meses de prisión, con libertad provisional hasta el día del juicio. En la otra, semejante en casi todo, el fiscal solicita 5 años de condena y 400.000 pesetas de fianza para otorgar la libertad provisional.

Tentaciones en la cárcel

Desde el 17 de febrero, Javier Albarrán permanece encerrado en Carabanchel, donde, según dice en una carta dirigida al ministro de Justicia, "he de luchar día a día, hora a hora, por resistir la tentación de volver a picarme, ya que aquí sigue existiendo la posibilidad de hacerlo, y las ofertas no me faltan".Mario Albarrán, de 35 años, padre también de dos hijos, afirmó ayer en el hospital que él fue uno de los que influyeron para que su hermano diera el paso de solicitar el amparo de las autoridades, "lo que me convierte en responsable de su suerte". Pero la valoración que hace Mario de lo sucedido hasta el momento es "mas bien negativa. No esperaba para él un camino de rosas, pero tampoco que lo trataran así".

Ramoncín y Miguel Ríos han sido algunos de los que en los últimos días han acudido a la calle Santa Engracia para solidarizarse con Mario y Nino, y de este modo con Javier Albarrán. Militantes de Juventudes Socialistas han paseado carteles con lemas relativos al caso en numerosas ciudades españolas. Los dos primeros ayunantes sólo ingieren agua y azúcar y han perdido cinco kilos de peso cada uno en estos ocho últimos días.

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Pero si Nino olmeda bebió desde el primer momento cinco o seis litros de agua al día, Mario Albarrán solo dos o tres. Esto hizo que todo el líquido lo eliminara a través de la boca y el sudor y dejara, por tanto, de orinar. El día de Santiago fue ingresado en el Provincial, y allí se le diagnosticó oligoauria, un grave peligro para los riñones.

Ayer, a la hora de comer, Mario dejó por su propio pie el hospital, en compañía del infatigable Nino Olmeda, que poco antes también había visitado a Javier en Carabanchel. Mario, muy pálido y encanecido, había recuperado la facultad de orinar y mantenía su voluntad de seguir la huelga de hambre, que el prefiere llamar ayuno, hasta que a su hermano se le trate como a un enfermo y dejen de aplicarsele exclusivamente medidade penales.

Entrevista con el ministro

Pero todo parece indicar que la Administración es incapaz de afrontar este caso. Javier de Paz, secretario general de las Juventudes Socialistas, se entrevistó al mediodía de ayer con el ministro de Justicia, para tratar del asunto. Fernando Ledesma le dijo que "en este país la Constitución consagra la separación de poderes", y que, en consecuencia, "la suerte de Javier Albarrán está en manos de los jueces".Albarrán no puede pagar las 400.000 pesetas de fianza, y, pese a su falta de antecedentes, el hecho de que se entregó y confesó espontánemente, el uso de un arma inofensiva, y su toxicomanía, debe seguir en prisión preventiva. Eso es lo que vino a decir el ministro.

A De Paz le consoló la afirmación de Ledesma de que él "vería con simpatía" el que Albarrán fuera ingresado en el centro de rehabilitación de Jaén que ha manifestado su voluntad de encargarse del heroinómano arrepentido. El ministro lo "vería con simpatía", pero no puede hacer nada.

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