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El Gobierno prepara una agravación de las penas por el tráfico de drogas

El Gobierno estudiará el agravamiento de las penas por tráfico de drogas duras y blandas a través de la reforma del artículo 344 del Código Penal, que en la actualidad establece sanciones de prisión menor -de seis meses y un día a seis años-, dentro de un plan de lucha contra la droga que prepara una comisión interministerial creada tras el debate sobre el estado de la nación que tuvo lugar en octubre de 1984. Este plan reforzará notablemente las competencias del fiscal especial antidroga, cargo que ostenta José Jiménez Villarejo.

La posible agravación de las penas por tráfico de estupefacientes, que fijaría éstas en un grado superior al que se estableció en la reforma de junio de 1983, supondría la vuelta, en parte, a las sanciones establecidas con anterioridad al cambio introducido en el Código Penal por el actual Gobierno en esta materia.Las previsiones de los redactores del plan contemplan el reforzamiento del papel del fiscal especial antidroga, instítucionaliz ando su figura y haciendo depender de él a los funcionarios de policía y Guardia Civil dedicados a la lucha contra el tráfico de estupefacientes. Al parecer, este extremo ha hallado resistencia en el Cuerpo Superior de Policía.

El plan propone también crear la figura de un comisario gubernamental para coordinar todas las actividades que se desarrollen en este terreno, así como la reestructuración de la Brigada Central de Estupefacientes, del Ministerio del Interior, para coordinar mejor las actividades del Cuerpo Superior de Policía, Guardia Civil y Policía Nacional en este campo.

El Gobierno recibirá propuestas para mejorar los aspectos de atención sanitaria a los toxicómanos, con especial atención a la formación de médicos especializados. También se pretende llevar a las escuelas planes de prevención contra la droga, ya que cada año disminuye la edad de los jóvenes que se inician en el consumo de estupefacientes.

En nuestro país se calcula que existen unos 80.000 drogadictos. Por otra parte, la actuación de grupos de traficantes extranjeros ha convertido a España en un punto de enlace en el tráfico de heroína y cocaína entre continentes para su redistribución hacia el mercado europeo y estadounidense.

Otro aspecto que ha alarmado a las autoridades es el consumo de cocaína, limitado hasta ahora a estratos sociales de alto poder adquisitivo, y que se ha generalizado. Por otra parte, el número de heroinómanos fallecidos ha aumentado hasta alcanzar la cifra de 167 durante 1984.

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