La RDA impide el contacto con Occidente a más de tres millones de sus ciudadanos
Las autoridades de la República Democrática Alemana (RDA) han impuesto en los últimos años severas restricciones a los contactos de su población con ciudadanos occidentales. Entre tres y cuatro millones de habitantes de la RDA se ven obligados por estas medidas a renunciar expresamente a todo contacto telefónico o postal con familiares o amigos residentes en Occidente, o con occidentales que visitan la RDA.A esta conclusión ha llegado una investigación del Ministerio de Relaciones Interalemanas de la República Federal de Alemania, cuyos resultados fueron hechos públicos el pasado fin de semana. De ser ciertas en toda su extensión, estas medidas eliminan en gran parte los efectos positivos de los acuerdos entre los dos Estados para facilitar el tráfico de viajeros, el contacto entre familiares y, en general, todas las mejoras con fines humanitarios logradas por la RFA con contrapartidas en el terreno económico y comercial.
Los ciudadanos de la RDA considerados como "portadores de información confidencial" por motivos laborales tienen que firmar, a instancias de sus superiores o de los servicios secretos, un documento en el que se comprometen a romper sus relaciones privadas con parientes o conocidos residentes en países occidentales y a cesar en toda actividad que pudiera llevar a nuevos contactos con personas o instituciones fuera del ámbito de los países socialistas. Los firmantes se comprometen a no pedir visados para viajar a Occidente, a no invitar a familiares o amigos procedentes de estos países y, en caso de llegar aquéllos a la RDA sin previo aviso, a no recibirlos.
Las restricciones llegan a establecer que cualquier contacto casual con ciudadanos occidentales en público o en privado en fiestas, establecimientos, estaciones u hoteles en cualquier país socialista debe ser inmediatamente interrumpido al tenerse conciencia de tratar con un occidental. También tienen prohibido los firmantes el acceso a todo edificio o vehículo de persona e instituciones de países no comunistas, incluidos los aviones de compañías occidentales que vuelan entre capitales de la comunidad socialista.
Sin distinción de grado
Existen, al parecer, grados para evaluar el riesgo que se derivaría de estos contactos, pero, en los últimos años, se ha impuesto como regla la aplicación de una prohibición total de relaciones con ciudadanos de países occidentales.
Los ciudadanos de la RDA afectados por estas medidas, entre tres y cuatro millones de los 17 con que cuenta la República popular -según el Gobierno de Bonn- trabajan en el Ejército y la policía en todo el sector de la educación, organismos oficiales, partido y organizaciones populares, en la industria y en la investigación. La cualificación profesional no parecer ser criterio preponderante para la determinación de las personas que deben evitar contactos con Occidente. Así se ven, por ejemplo, afectadas las mujeres de la limpieza de organismos oficiales y las camareras de las cantinas del Ejército y la policía.
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