La Prensa exige garantías de que una tragedia así no volverá a repetirse

J. A. Toda la Prensa italiana, como un coro, grita entre amargada y avergonzada contra esta enésima tragedia, que podía haber sido evitada. Como afirmó en un editorial el director de Il Messaggero, Vittorio Emiliani: "Desde hace tiempo, de nada sirve ya lamentarse. Lo que hacen falta son obras y controles". Y añadió que si no se hace finalmente un plan de saneamiento a fondo del territorio, la Italia del año 2000 será sólo cemento y degradación".

Ésta es la nota dominante de todos los comentarios y de todas las crónicas de los periódicos, independientemente del color de su ideología. "La naturaleza no tiene nada que ver. La culpa es de los hombres", tituló Il Corriere della Sera, a siete columnas, y añadía en el subtítulo: Italia, desde el punto de vista de la protección del suelo, es de los países más atrasados de Europa".

La impresión es que a este país le falta una legislación clara y eficaz para la prevención de las calamidades naturales o provocadas por el abandono o la explotación de los hombres. Los italianos gastan una peseta por cabeza cada año para los servicios geológicos del Estado, cuando los noruegos se gastan 100 pesetas por persona. Con la diferencia de que, mientras Noruega no tiene en realidad problemas geológicos serios, Italia es toda ella un problema de norte a sur.