Boyer asegura que ha "aceptado el nombramiento para seguir sirviendo al Gobierno y a mi partido"

A las seis y media de la tarde de ayer, previa convocatoria extraordinaria del Consejo de Administración del Banco Exterior, Miguel Boyer fue nombrado nuevo presidente de la entidad, en sustitución de Francisco Fernández Ordóñez. Boyer afirmó en una conferencia de prensa (en la que evitó todo comentario a la reciente crisis gubernamental y a cuestiones personales), que había aceptado "porque es una forma de seguir sirviendo al Estado, que, a diferencia de mi etapa en el Gobierno, no conlleva responsabilidades políticas. Es una forma fácil y grata de estar al servicio del Gobierno y de mi partido".

Para Miguel Boyer, su nombramiento no supone una contradicción con las afirmaciones que desde la propia Presidencia del Gobierno se han realizado, reacias a promocionar a ex ministros a la presidencia de determinadas entidades públicas. En este sentido, el nuevo presidente del Banco Exterior -que aseguró que en cualquier caso las decisiones las toma el Gobierno- manifestó que "es rechazable nombrar personas incompetentes para determinados cargos por el mero hecho de haber sido ministros, pero me parece legítimo si su competencia es manifiesta".Boyer aseguró que le hacía mucha ilusión desempeñar el cargo, ofrecido por el Gobierno, "por lo que supone de desafío profesional". El nuevo presidente del Banco Exterior de España aseguró que "este nombramiento es el puesto más importante, salvo mi etapa como ministro de Economía y Hacienda, que voy a desempeñar al servicio del Estado".

Cortiña sigue, de momento

A la salida del Consejo de Administración extraordinario del Banco Exterior, Miguel Boyer anunció que había pedido al todavía consejero delegado de la entidad, Rafael Martínez Cortiña "que se quedara en el banco durante algunas semanas más, sobre todo para no aumentar las dificultades que suponen para la normal marcha de la entidad el cambio de presidente y el de consejero delegado a la vez". Martínez Cortiña, que asegura que todavía no ha decidido por cuál de las ofertas que baraja optará, presentó la dimisión de su cargo el jueves de la pasada semana. Sobre su futura sustitución, Boyer aseguró que "no tengo ninguna persona pensada para ocupar el puesto de consejero delegado".

A nivel profesional, Miguel Boyer consideró que llega en unos momentos trascendentales para el banco, ya que se abre una etapa de importantes cambios. Uno de los primeros problemas a solucionar se deriva de la actual paridad de la peseta respecto al dólar, ya que una buena parte de los beneficios de la entidad del pasado ejercicio tuvieron su origen en la depreciación de la peseta frente a la moneda americana.

Otro de los compromisos viene determinado por los cambios que va a introducir en la financiación a las exportaciones la entrada en la Comunidad Económica Europea. A nivel doméstico, el Banco Exterior de España deberá adaptarse a las nuevas normas del sistema financiero "que en buena parte", aseguró Boyer, "yo he contribuido a establecer desde el Ministerio de Economía". Boyer declaró que "dificilmente otra persona lo tendrá tan fácil de entrada como yo, dadas mis buenas relaciones con el Instituto de Crédito Oficial, Ministerio de Economía y Hacienda y Banco de España".