Dos inspectores de buques, muertos en la bodega de un barco al inhalar anhídrido carbónico

Dos inspectores de buques, uno holandés y otro español, fallecieron en la mañana de ayer en Cádiz a causa de la inhalación de emanaciones de anhídrido carbónico. Un tercer inspector de buques se encuentra en coma profundo por la misma causa. Los tres inhalaron el gas cuando se disponían a inspeccionar la bodega del buque Ono, siniestrado en alta mar y remolcado hasta Cádiz con un incendio a bordo.

En este mismo barco viajaban dos polizones africanos, que fueron encontrados el domingo pasado en la bodega del buque en estado de inconsciencia e inanición y de los que, según informaron fuentes próximas a la policía de Cádiz, ya se está tramitando su expulsión por entrada ilegal en el país y su repatriación a Guinea-Bissau, una vez recuperados del lamentable estado en que fueron encontrados.Las víctimas mortales son el holandés Leo E. Martens, jefe de operaciones de la compañía de rescates marítimos Smith-Tak, y el español Alfonso Linares Loaiza, perito de la compañía Survemaster y colaborador de Martens. El también perito español Jorge Demelo Rodríguez se encuentra en coma profundo y con una pierna rota, sin que hasta la hora de redactar esta crónica experimentara mejoría alguna, según informaron fuentes del hospital Mora, de la capital gaditana, donde se encuentra ingresado.

Según testigos presenciales, el accidente se produjo cuando Martens inspeccionaba la bodega del buque. Nada más asomarse a ella, se desmayó y se estrelló en el fondo. Al ver lo ocurrido, los dos peritos españoles acudieron en su ayuda, pero también sufrieron los efectos de las emanaciones del gas y se precipitaron al fondo de las bodegas.

Miembros de la Cruz Roja y bomberos de Cádiz, provistos de máscaras antigás, lograron rescatar a los tres técnicos y los ingresaron en la residencia de la Seguridad Social y en el hospital Mora, de Cádiz.

Los expertos apuntan dos posibles causas desencadenantes de la acumulación de gases en las bodegas del buque. Una de estas hipótesis señala a la fermentación de la fruta; de ahí que cuando un barco frigorífico de las características del Ono transporta algún cargamento orgánico se proceda, inmediatamente después de la descarga, a su desgasificación. Otros técnicos hacen hincapié en el hecho de la destrucción total del sistema de seguridad antifuego con el que estaba dotado el barco, ya que éste funcionaba con anhídrido carbónico que, en caso de incendio, era distribuido en forma de espuma por unos conductos, hasta la bodega.

Leo Martens se encontraba en Algeciras al frente del equipo de salvamento del buque Petrogen One, que hizo explosión el pasado 26 de mayo en el pantalán de la refineria Gibraltar junto al Camponavia, cuando recibió órdenes de trasladarse a Cádiz para inspeccionar el buque Ono, ya que había sido el remolcador británico Smith-Lloyd, de la compañía de rescates marítimos en la que trabajaba Martens, el encargado de remolcar hasta Cádiz al buque.

Los polizones son Manuel Alof y Louis Gomise, de 20 y 21 años, respectivamente, ambos de Guinea-Bissau. Según apuntan todos los indicios, subieron al barco en Dakar, de donde éste partió hace unos días, bajo bandera de Costa de Marfil, en dirección hacia Alicante, para transportar un cargamento de plátano y piña.