Un caballero poderoso avanza hacia los amantes olvidados
Muchos operadores tienen la sensación de estar en el laberinto de Creta antes que en la sala de contratación de la bolsa, aunque el hilo salvador de Ariadna, esta vez, se encuentra tan enredado que difícilmente permite buscar la salida. Incluso los amantes del análisis técnico confiesan que los gráficos no aportan ahora pista alguna. Sin necesidad de aplicar grandes teorías, el descenso de la contratación, que ayer alcanzó 1.474 millones efectivos, demuestra que el mercado ha perdido fuerza y necesita tomarse un respiro.Los partidarios del análisis fundamental tampoco tienen perfilados sus pronósticos y esperan algún acontecimiento que oriente al mercado en una dirección concreta. En cualquier caso, la pérdida de 29 centésimas en el índice general estaba más o menos prevista, ya que el mercado tiene que limpiar las elevadas ganancias del lunes. Así, las realizaciones de beneficios eran esperadas y no constituyeron sorpresa alguna.
Pero ahora se pretende encontrar algún indicio que permita trazar el futuro comportamiento de la bolsa. Aquí es donde las cosas no se presentan muy claras. La tendencia a corto plazo puede ser alcista si, como es previsible, el nuevo responsable de Economía y Hacienda realice su debú ante la opinión pública con argumentos favorables respecto a la inversión. La cena de Carlos Solchaga con los presidentes de los siete mayores bancos debió resultar interesante, ya que Banesto se decidió a ganar 10 enteros. El propio patrón de patrones, José María Cuevas, volvió a insistir el martes en la conveniencia de primar fiscalmente al capital-riesgo.
El continuado repunte del precio del dinero, en cualquier caso, parece ser el factor que más está inhibiendo a la inversión en estos momentos. El Banco de España intervino de nuevo ayer en el mercado, con una subasta de préstamos de 300.000 millones de pesetas, al 14,375%. Al igual que el martes, otra vez hubo un incremento del 1/16%. Está visto que el mercado español adopta usos anglosajones, ya que por estos lares nunca se había hilado tan fino.
Esta continuada política de la autoridad monetaria, a decir de los expertos, choca frontalmente con los rumores sobre un nuevo recorte en la tasa de descuento norteamericana, con la tendencia a la baja que se viene registrando en casi todos los países y con el discreto aumento del crédito al sector privado español. Pero tiene pocos visos de cambiar inmediatamente, ya que parece tratarse de un intento de favorecer los deteriorados resultados bancarios. El próximo vencimiento de pagarés constituirá un test para comprobar esta hipótesis. La bolsa, de todas formas, se muestra cada vez más sensible a las oscilaciones del mercado monetario.
En este contexto, los operadores se mueven en el día a día, olvidando criterios a más largo plazo. Quizá las incógnitas que siguen revoloteando sobre el intercambio de activos eléctricos no sean ajenas a esta táctica, aunque tampoco se puede olvidar que el descenso del dólar (los analistas piensan que puede situarse en 163 pesetas) no deja de favorecer las cuentas de resultados de estas compañías. La única recomendación que se puede hacer ahora es actuar con precaución y guiarse preferentemente por criterios de rentabilidad, dejando la especulación más al margen.
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