Más de 500 personas participan en el Congreso Mundial sobre la Juventud, que se inicia hoy en Barcelona
El Congreso Mundial sobre la Juventud, que hoy se inicia en Barcelona, se presenta como la culminación del año internacional desarrollado por la Unesco durante 1985, y ha tomado entre sus máximas una cita de Aristóteles en la que afirma: "Todos los que han meditado sobre el secreto de gobernar a la humanidad están convencidos de que el destino del mundo depende de la educación de los jóvenes".
Quienes forman parte de este colectivo, en opinión de Jean-Jaeques Rousseau, filósofo puro y opuesto a la hipocresía social, se encuentran gravemente expuestos, según la Unesco, a "Ias incertidumbres de la economía" y a buena parte de sus secuelas: el desempleo, el hambre, la delincuencia, el racismo, el apartheid y el analfabetismo.Paradójicamente, el primer problema que se le planteó a la Unesco fue el de definir qué es la juventud. Para despejar esta incógnita, este organismo envió unos cuestionarios a los países miembros. De los 75 respuestas que dieron 62 países, la mayoría afirmaba que era joven quien se encontraba entre los 15 y los 24 años.
Grandes cambios
La edad, no obstante, no parece ser un baremo fiable, pues la media de duración de vida es mucho más baja en los países subdesarrollados. La complejidad que el concepto joven entraña esta inmersa, además, en una problemática mucho más profunda, puesto que las dificultades que deben afrontar los jóvenes del Tercer Mundo no son las mismas que en los países industrializadas. Para Javier de Paz, secretario general de las Juventudes Socialistas, la celebración del congreso de Barcelona es muy importante porque dará a conocer estos problemas.
"Actualmente", explica De Paz, "es necesario un análisis de la situación de la juventud, ya que aspectos como la revolución tecnológica están operando grandes cambios estructurales en la sociedad". En las zonas en desarrollo, la población de entre 15 y 24 años crecerá en un 80% en el año 2.000, mientras qué en algunos de los países más avanzados industrialmente será sólo del 5%. Este incremento y su consiguiente problemática es uno de los ejes sobre los que girarán las sesiones de Barcelona.
"El Congreso servirá para llamar la atención sobre los problemas que tenemos planteados", manifiesta Jesús Montero, secretario general de la Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE), que asistirá como congresista. "Pero no hay que olvídar", añade Montero, "que la Unesco es una organización basada en el consenso y como tal tiene unos límites". Los jóvenes comunistas se darían por satisfechos si estas jornadas "sirvieran para llamar la atención sobre la necesidad de desarrollar políticas globales hacia la juventud".
La asistencia española a las sesiones estará compuesta por medio centenar de personas, entre los que figuran los consejeros del área de juventud de las respectivas comunidades autónomas. "Hasta hace unas semanas", según fuentes de los congresistas, "la media de edad de los asistentes era de 35 años, lo que para un encuentro de jóvenes no dejaba de ser algo fuerte. Por ello la Unesco decidió que se sumaran al acto gente más jóven, lo que ha hecho disminuir la media hacia la treintena".
Las juventudes de Alianza Popular se quejan de improvisa ción y falta de representatividad.
De Nicaragua a EE UU, pasando por Angola
., Nicaragüenses, norteamericanos, surafricanos y angoleños, entre otros, compartirán el espacio fisíco del Palacio de Congresos de Barcelona, donde hoy empieza el Congreso Mundial de la Juventud. Seguramente sus problemas sobre la educación, la cultura y el trabajo, temas que se abordarán en las sesiones, son radicalmente distintos entre sí. No obstante, durante ocho días hablarán de ello para elaborar un documento que sirva para trazar las grandes líneas de actuación acerca de la juventud.
Pero el congreso no estará únicamente protagonizado por los jóvenes y, por tanto, no será de, sino sobre la juventud, tal como afirma el director general de Juventud de la Generalitat, Enric Puig, quien, en un mensaje a los congresistas, resalta que los jóvenes no son ya "un grupo social aparte, con problemas y necesidades exclusivos'.
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