Seis reclusos de la cárcel de Pamplona se autolesionan para pedir tranquilizantes

Seis internos de la cárcel de Pamplona se autolesionaron a últimas horas del sabado como protesta por la negativa del médico de la prisión a facilitarles los tranquilizantes que solicitaban. Sobre las dos de la madrugada del domingo se restableció la normalidad en la cárcel, en la que los presos llegaron a romper los cristales del comedor, vajilla, así como algunas sillas

Hacia las 21.00 horas del sábado seis reclusos de la prisión de Pamplona -situada a unos 150 metros del lugar donde estos días se celebra una de las verbenas más importantes de los sanfermines- solicitaron del médico de la cárcel que les suministrase unos tranquilizantes, ya que se encontraban muy excitados, según aseguran fuentes de este recinto penitenciario. Otras fuentes, sin embargo, señalan que estos presos, algunos de los cuales son considerados drogadictos, exigían se les proporcionasen estimulantes.El médico de la prisión se negó a facilitarles lo que le solicitaban los internos, ante lo cual, los reclusos rompieron los cristales de las ventanas del comedor, asi como platos, tazones, vasos y algunas sillas de esta dependencia. Tras todo esto, los reclusos se produjeron diversas cortes en los brazos con algunos cristales. Los daños causados no fueron muy importantes. Ante la situación creada en la cárcel se envió a una sección de la compañía de la reserva de la Policía Nacional, que, sin embargo, no llegó a intervenir.

Los seis presos autolesionados fueron José Antonio Pérez Rico, Francisco Javier García Azparren, Isidoro Echeverría Leoz, Juan Bautista Lecucina Ibañez, Juan Jiménez da Silva y Rafael Zabalza Espelosín. A ninguno se le considera peligroso. Algunos son preventivos, incluso uno de ellos, José Antonio Pérez Rico, saldrá en libertad el día17.

Trasladados al hospital

Los reclusos, con los que dialoga ron los funcionarios de la prisión, se negaron a ser curados por el médico del centro penitenciario, por lo que fueron trasladados al hospital de Navarra. Únicamente dos de ellos, José Antonio Pérez Rico y Francisco Javier García permitieron que se les curasen las heridas, regresando posteriormente a sus celdas. Los otros cuatro restantes, Isidoro Echeverría, Juan Bautista Lecuona, Juan Jiménez da Silva y Rafael Zabalza, al ver que en el hospital tampoco se les iba a proporcionar ningún tranquilizante, se negaron de nuevo a ser curados, por lo que fueron llevados a la cárcel. Pasado un tiempo los reclusos solicitaron ser llevados al hospital donde se les curaron las heridas que se habían producido. Posteriormente, fueron traslados a sus celdas. Sobre las dos de la madrugada se había restablecido -totalmente la normalidad en esta prisión, donde se encuentran actualmente 93 internos, 24 de los cuales están en régimen abierto.