Castigo para el bueno
"He leído y escuchado que clubes endeudados fichan jugadores y más jugadores ¿Con qué dinero pagan? ¿Con el que a mí me retienen?". Las palabras de Fermín Ezcurra, medalla de oro al ahorro, jubilado como director bancario, presidente de Osasuna, retumbaron en las conciencias de los compañeros, pero sin éxito. Osasuna es de los escasos clubes sin deudas, si se comparan sus 30 millones con los miles de millones de la mayoría.
El dinero de las quinielas que corresponde a Osasuna se desviará para pagar el despilfarro de aquellos clubes endeudados, en muchas ocasiones, para pagar contratos millonarios de supuestas estrellas. El reciente acuerdo entre la Administración socialista y los clubes de la Liga Profesional logró el virtuosismo de castigar al bueno. De esta forma, el modesto ha sido castigado triplemente: primero, cuando por honradez no ficha jugadores con el dinero que no tiene; segundo, cuando pierde en el césped ante los clubes que poseen caros jugadores, aunque estén endeudados; tercero, cuando además de no fichar estrellas y de perder en el campo, el club fuerte y el PSOE obligan al modesto a pagarle el fichaje de la estrella.
Así se premia al mal administrador. "Me retendrán, según mis previsiones, unos 50 millones de pesetas por temporada, los justos para pagar el crédito que necesito sí quiero remozar el campo de Osasuna, El Sadar. Sólo pido que reflexionen", añadió Fermín Ezcurra.
"El presidente de Osasuna tiene razón porque debe poco", fue la respuesta del presidente de la patronal de los clubes, Antonio Baró. Precisamente, los desorbitados fichajes estuvieron a punto de tirar por tierra el acuerdo con la Administración. Realmente no es el mejor propósito de enmienda para los pecados del fútbol español.
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