El miedo viste ropajes de tafetán multicolor

La bolsa se acerca más rápidamente de lo previsto a ese nuevo test en la cota 105%, de la que sólo nueve centésimas separan al índice general. La velocidad del descenso, con esa pérdida de 1,21 puntos en la sesión de ayer, facilita una reacción de limitado carácter técnico en breve plazo.El momento bursátil es delicado. Los expertos temen el desarrollo de la sesión de hoy, que ya antes de comenzar ofrece un perfil torcido. La espiral del miedo se acrecienta, al igual que esos agujeros negros descritos en las novelas de ciencia-ficción. De esta forma, casi nadie encuentra argumentos positivos que puedan servir de apoyo psicológico para reforzar el mercado.

Los operadores afirman que muchos inversores, incluidos los extranjeros, se han apeado en marcha a costa de cosechar pérdidas significativas, mientras que el volumen de negocio tampoco permite suponer que el dinero está aún dispuesto para aprovecharse de estos descensos generalizados.

A la hora de explicar la situación actual se echa mano de una flaca justificación, como puede ser la incertidumbre creada por la remodelación ministerial. De nada sirven, a este respecto, los adelantos periodísticos sobre un reforzamiento de la política Boyer, lo que podría suponer la salida del Gabinete de aquellas personas que han mantenido posiciones más críticas a este respecto. Cuando los operadores han vestido su miedo con tafetán multicolor, hasta los rumores sobre un desembarco del SIDA en el organismo de un actual ministro terminan por cotizar a la baja.

Más cierto es que los inversores temen la evolución de las compañías eléctricas, con el problema de las auditorías abriendo las venas de la confianza en los repartos de dividendos correspondientes a este ejercicio. Al mismo tiempo, el precio del dinero no ha bajado, y, bien al contrario, ayer se anotó otro repunte, con una subasta de préstamos de 311.300 millones de pesetas al 14,125%, un octavo de punto por encima de la semana anterior.

Así, no es de extrañar que, mientras los volúmenes de negocio de la renta variable se sitúan en 1.183,5 millones de pesetas, las compras de pagarés del Tesoro con pacto de recompra de 8 a 15 días superan los 2.500 millones. Ahí puede residir el mayor mal de la bolsa, aunque es difícil justificar racionalmente la dimensión del caos actual.

Al margen de estos lamentos, ayer repartió dividendo el Banco de Bilbao, complementario del ejercicio 1984, de 51,25 pesetas netas, de las que recuperó 0,25 enteros. También se anunció la ampliación del Banco Herrero, que pondrá en circulación 1.496.224 acciones de 500 pesetas de nominal, en una operación que se desarrollará en la proporción de una acción nueva por cada dos antiguas, a la par, desde el 3 de julio al 3 de agosto. Asimismo hoy repartirá dividendo complementario La Unión y el Fénix, de 65,928 pesetas netas (viejas) y de 32,964 pesetas netas (nuevas), mientras que Tabacos de Filipinas repartirá el 1 de julio 41 pesetas (viejas) y 20,50 (nuevas), y Fomento de Obras y Construcciones repartirá en esa misma fecha, si lo aprueba la junta de accionistas, 24,60 pesetas netas (viejas), 18,45 (nuevas) y 6,15 (novísimas).