El paro fue mayoritario en el cinturón y en la periferia de Madrid

Los pueblos del cinturón industrial y los barrios periféricos de Madrid secundaron mayoritariamente la convocatoria de huelga general prevista para ayer, aunque el paro apenas tuvo repercusión en otros sectores importantes, como entidades bancarias y centros hospitalarios. Según las cifras manejadas por Comisiones Obreras (CC OO), unos 600.000 trabajadores secundaron la huelga en la región madrileña. Al menos 22 huelguistas fueron detenidos y puestos en libertad casi inmediatamente en el transcurso de los numerosos incidentes protagonizados por piquetes, algunos de los cuales adoptaron actitudes violentas.

Varias de las empresas más importantes de Madrid permanecieron cerradas ayer, según los datos de CC OO, que mencionó los casos de Campsa, Standard, CASA, Jhon Deere, Pegaso, Talbot, Robert Bosch, Bimbo y Gas Madrid. La delegación del Gobierno en Madrid informó ayer que la huelga había tenido una repercusión escasa, aunque no facilitó cifras de participación. Tampoco UGT, según un portavoz, quiso entrar en "una guerra de cifras. Consideramos que la respuesta a la huelga ha sido desigual, más apreciable en la periferia sur y bastante menos en Madrid capital y la zona norte.Los incidentes más importantes se produjeron en Orcasitas, donde se levantó una barricada formada con contenedores de basura y neumáticos que fueron incendiados, y en Vallecas, donde, desde primeras horas de la mañana, piquetes de huelguistas, con actitudes muy violentas, según la policía, obligaron a algunos comerciantes a cerrar sus establecimientos. Los piquetes obligaron a desalojar autobuses con trabajadores que se dirigían a sus empresas, apedrearon varios vehículos de la Empresa Municipal dé Transporte (EMT), cortaron la circulación en la avenida de la Albufera y esparcieron el contenido de cubos de basura en la calle.

Las zonas sur y este de Madrid, sobre todo, registraron paros casi totales, fundamentalmente en el sector del pequeño comercio. En algunos barrios como General Ricardos, San Fermín, Vicálvaro, Vallecas y Manoteras, entre otros, el paro fue casi total.

Mercamadrid cerró sus puertas, por lo que los supermercados que no cerraron tuvieron problemas de abastecimiento, al margen de los ocho mercados municipales que no abrieron. En el aeropuerto de Barajas se cancelaron 26 vuelos de salida y 24 de llegada. El Ayuntamiento de Coslada quedó sin servicio alguno por decreto del alcalde, el comunista José Huélamo. En las zonas próximas a la plaza de Callao se registraron algunos incidentes y la policía efectuó cargas contra varios centenares de trabajadores de los almacenes de la zona que se habían concentrado en la Gran Vía. Algunos establecimientos de la zona fueron apedreados y sus cristaleras rotas.

Fuentes de la Policía Municipal precisaron que la intervención de piquetes violentos impidió el normal funcionamiento de los autobuses de la EMT. A primeras horas de la mañana, los piquetes impidieron que salieran los autobuses de las cocheras de Entrevías, la Elipa y Buena Vista y cortaron la salida de autobuses en la calle de Manuel Cáldeiro. El servicio, según la misma fuente, funcionó a un 90% de su capacidad a partir de las 12 horas.

El metro madrileño funcionó en un 79% en horas punta -los servicios mínimos garantizaban el funcionamiento del 70%- y la totalidad de las taquillas se abrieron, según fuentes de la Compañia Metropolitano. Actuaron piquetes en las estaciones de Legazpi y Callao y la estación de Sol tuvo que ser desalojada ante una falsa amenaza de bomba. Los piquetes rompieron algunas señales luminosas y arrojaron silicona en los candados de algunas estaciones de Estrecho, Goya, Carmen, Velázquez y Urgel.

En el aeropuerto de Barajas, pese a la suspensión de 50 vuelos, se registró una normalidad absoluta, según manifestaron los trabajadores incluidos en el decreto de servicios mínimos, "que es máximo puesto que trabajamos el 80% de la plantilla".

El apoyo a la huelga general en Renfe fue calificada por CC OO como muy fuerte "puesto que no se cumplieron los servicios mínirnos", aunque fuentes de la compañía puntualizaron que "funcionó el 75% de los trenes".

Los teatros, según el Sindicato de Profesionales del Espectáculo de Madrid, se sumaron a la huelga. Los cines, sin embargo, permanecieron abiertos.