_
_
_
_
_

El Mercado Común, en el momento del cambio

A principios de abril, el estado de ánimo en Bruselas era inusualmente alto. El proceso de negociaciones, largo, difícil y a veces tortuoso, con Madrid y Lisboa sobre la entrada de España y Portugal en la CEE llegó a una conclusión fructífera y feliz. La promesa hecha por los diez de llevar a los países ibéricos dentro del Mercado Común el 1 de enero de 1986 parece posible realizarse. ( ... )Un fracaso de las negociaciones -una posibilidad que no podía excluirse hasta el final- habría colocado un gravamen incalculable en las relaciones entre el Mercado Común y la Península Ibérica, no tanto económica, sino políticamente. Las dos jóvenes democracias podrían haber sido empujadas al aislamiento, apartadas del resto de Europa occidental. Consideraciones de seguridad y de política exterior fueron las preocupaciones centrales que impulsaron a los diez a asegurar el acceso de España y Portugal al Mercado Común, pese a los problemas económicos que suscitaba.

Sin embargo, la presente euforia dará paso a un examen más sobrio de la situación de ahora en adelante. La esperanza que anima a muchos españoles y portugueses es que lograr un estatuto similar con los diez les llevará más o menos automáticamente a la prosperidad económica es una ilusión. De hecho, las economías ibéricas tendrán que someterse a un proceso de modernización y de reestructuración para hacer frente a la competitividad de los países del Norte.( ... )

Los desafíos económicos para la futura comunidad de los 12 miembros van a ser grandes, debido al abismo de desarrollo que existe entre las naciones ibéricas y el promedio del desarrollo de los 10 actuales miembros del Mercado Común. El año pasado, el producto nacional bruto per cápita en el Mercado Común era de 10,197 ECU (unidad de cuenta europea), mientras era de un modesto 5,370 ECU en España, y en Portugal, sólo 2,647 ECU. (...)

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

En la progresista España, el 18% de la mano de obra es agraria; el 33,5%, industrial, y el 48,5%, de servicios. En el Mercado Común, el porcentaje equivalente es muy diferente: 7,5%, el primero; 34,6%, el segundo, y 57,9%, el tercero.

En una Comunidad Económica Europea de 12 naciones, las diferencias de prosperidad dentro del Mercado Común se harán más profundas. ( ... )

, 15 de junio

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_