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Un ejército de cabellos grises

Uno de los principales problemas al que se enfrentan las Fuerzas de Autodefensa Japonesas es el factor edad de los 156.000 miembros que integran sus filas. Con dificultades para el reclutamiento de jóvenes soldados en un país casi sin paro y con buenas oportunidades profesionales, el personal castrense nipón se encuentra con más del 20% de sus efectivos con edades superiores a los 50 años, para sus ejércitos profesionales de tierra, mar y aire.

Creadas hace 31 años, las fuerzas de autodefensa de Japón se encuentran ante un grave problema de envejecimiento, aumentado por el hecho de que se alargó hasta los 53 años la edad de retiro. Muchos oficiales reconocen que los veteranos soldados no están muchas veces en condiciones de soportar los ejercicios fisicos o las maniobras en condiciones duras. En las filas del Ejército japonés abundan los cabellos grises.

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Basado en un principio de príoridad a la defensa aérea y naval, en un país isleño casi totalmente ocupado por cadenas montañosas, el factor del número de efectivos humanos no se considera vital para los estrategas. Sí, en cambio, aumentan las preocupaciones para poder reclutar a jóvenes con alto índice de formación tecnológica.

Las condiciones materiales para los hombres de las fuerzas de autodefensa japonesas son competitivas con el sector privado. Los salarios iniciales son de 98.000 yens mensuales (unas 70.000 pesetas), más unas bonificaciones anuales equivalentes casi a cinco meses de sueldo. Al final de una carrera caracterizada por alojamiento y mantenimiento gratuito reciben una prima de retiro de unos 372.000 yens (unas 200.000 pesetas).

Otro de los problemas del Ejército nipón, además de las dificultades de reclutamiento entre los jóvenes, radica en la relativa carencia de disciplina, sobre todo para los que añoran los tiempos de la vieja y férrea disciplina del Ejército nipón. La jurisdicción civil se aplica en los casos militares, al no existir, constitucionalmente hablando, un ejército japonés.

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Excepto en épocas de maniobras, muchos miembros del Ejército de Autodefensa consideran que la vida en los cuarteles discurre: casi como en una fábrica civil. Es excepcional ver por las calles de Tokio a alguien vestido de uniforme militar, e incluso en la sede de la Agencia Nacional de Defensa en Tokio casi no hay vigilancia militar uniformada en las entradas.

Según cifras de 1983, el potencial de autodefensa nipón ascendía a 156.000 hombres, 166 barcos (232.000 toneladas) y 350 aviones. Junto a 26.000 soldados norteamericanos y 180 aviones en bases japonesas, más 65 barcos de la VII-Flota y 230 aviones. Todo ello frente a un potencial asiático de la Unión Soviética cifrado en 370.000 hombres, 820 barcos y 2.100 aviones. 0 de tres millones de soldados en China, más 1.965 barcos y unos 6.000 aviones, además de los ejércitos de los países colindantes del ex imperio del Sol Naciente, Corea del.Norte, Corea del Sur, Taiwan y Filipinas.

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