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Reportaje:

Numerosos medios socialistas consideran "conveniente y oportuno" realizar cambios en el Gobierno

Numerosos medios socialistas y de la Administración consultados ayer por EL PAIS, a raíz de las declaraciones del presidente Felipe González sobre un "posible reajuste" en el Gobierno, piensan que sería "conveniente y oportuno" realizar algún cambio en el Gabinete, y especialmente en el equipo económico del mismo. "Necesitamos caras nuevas que muestren que tras la adhesión a la CEE entramos en otra etapa, en la que, entre otras cosas, habrá que preparar las elecciones", dijo ayer un importante miembro de la ejecutiva del PSOE.

Exactamente un año después de que la Administración española se conmocionase con rumores y filtraciones sobre una inminente crisis de Gobierno, la inquietud vuelve a extenderse por los pasillos de los ministerios, las listas de ministrables vuelven a circular y todos hablan de un próximo reajuste -nadie se arriesga a pensar en una verdadera crisis- del Gabinete de Felipe González Las palabras del presidente en su conferencia de prensa del pasado jueves, anunciando una "posible remodelación", desataron los nervios en los segundos escalones de los departamentos ministeriales, en los que es ya un secreto a voces que no todo es entendimiento en el Consejo de Ministros.Las divergencias en el Gobierno, especialmente en el seno de equipo económico, vuelven a ser el gran dato que avala la credibilidad de una próxima remodelación. El propio Felipe González, en su última conferencia de prensa, el jueves, admitió implícitamente la existencia de estas discrepancias, tajantemente negadas cuando, hace un año, surgieron por primera vez los rumores de que habría algún cambio en el Gabinete. El titular de Obras Públicas, Julián Campo, discrepa ya abiertamente de la línea económica impuesta por Miguel Boyer, y el titular de Industria, Carlos Solchaga, apenas cruza palabra con Enrique Barón, ministro de Transportes, Turismo y Comunicaciones. Tampoco Carlos Romero, encargado de Agricultura, se encuentra por completo compenetrado con la línea Boyer, explícitamente apoyada por Felipe González en su conferencia de prensa del pasado jueves.

Boyer se configura, así, como el eje de un posible reajuste; en más de una ocasión ha pedido al presidente del Gobierno que imponga "coordinación" en el equipo económico, parte de cuyos integrantes ni siquiera van ya a las reuniones semanales de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos, presididas por el titular de Economía y Hacienda. Todos los medios socialistas consultados ayer por EL PAIS consideraron "lógico" que "de hacerse el reajuste, sean algunos de los ministros que aparecen enfrentados con Boyer los primeros. en salir", aunque nadie olvide la existencia de otras "disfunciones", como las que enfrentan a Interior y Justicia.

Ni Prieto ni Largo Caballero

Sin embargo, paralelamente, resulta pensable que González trate de contentar a UGT, cuyo secretario general, Nicolás Redondo, pidió públicamente la entrada de algún ministro "social" en el Gabinete cuando, hace un año, se desató la que luego sería llamada "la crisis que nunca existió". Por ello, los nombres de los titulares de Trabajo, Joaquín Almunia, y, principalmente, de Industria, Carlos Solchaga -principal blanco de la irritación de los sindicalistas y de varios de sus compañeros de Gabinete-, también son manejados en las listas de cambios, que ya circulan con profusión y con mayor o menor verosimilitud. González afirmó, en la penúltima reunión de la ejecutiva del PSOE, que él no quiere ser "el Indalecio Prieto del partido, ni que Nicolás Redondo sea Largo Caballero".Medios socialistas piensan que el presidente podría ofrecer algún indicio de sus planes cuando, dentro de una semana, se reúna el comité federal del PSOE, en el que se analizará la gestión de la ejecutiva federal socialista e, indirectamente, del Gobierno, varios de cuyos integrantes son, a la vez, miembros del comité.

Pero todos admiten no tener "la menor idea" de cuáles sean los planes del presidente, quien, en cualquier caso, se abstuvo de tratar ayer el tema del reajuste en la reunión que mantuvo la ejecutiva federal socialista, único lugar donde, en ocasiones, Felipe González mantiene discusiones de carácter político -los consejos de ministros son eminentemente técnicos y en ellos apenas se discuten cosas que no figuran en los índices-.

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Estos medios insisten en que éste sería un buen momento para cualquier cambio en el Gobierno "que bate el récord de duración en Europa occidental": el anteproyecto de los Presupuestos para 1986 está a punto de concluirse, los principales proyectos de ley han sido aprobados por las Cortes o están a punto de serlo y la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la LODE -único factor legal de incertidumbre- aparecerá en breve. Además, González "no puede dejar que se pudran las cosas como hizo el año anterior; ahora, los problemas no han hecho más que agravarse".

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