Una larga espera

A lo largo de su mandato, el presidente del Gobierno, Felipe González, ha hecho referencia reiteradamente al posible establecimiento de relaciones diplomáticas con Israel. En su primera comparecencia oficial ante la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa en Estrasburgo, en febrero de 1984, anunció, sin especificar fechas, que pronto se iniciarían las relaciones, y en un cercano viaje a Caracas declaró que éstas no estarían condicionadas por el problema palestino.Días después, el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, contrastando con las declaraciones del presidente en Estrasburgo, afirmaba a un diario italiano que España condicionaba las relaciones con Israel a la retirada de sus tropas de Líbano. Guerra reiteró posteriormente estas declaraciones en el Congreso de los Diputados. El ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, en el transcurso de su primera gira por Oriente Próximo, en abril del mismo año, dijo que España no preveía "en fecha próxima", proceder al intercambio de embajadores.

Según unas declaraciones hechas por Felipe González en agosto de 1984 al diario Haaretz de Tel Aviv, su Gobierno "tenía intenciones firmes y claras de establecer relaciones con Israel en un futuro no muy lejano y no ponía precondiciones para entablar relaciones plenas". Un mes más tarde, Morán y Shamir mantuvieron en Nueva York la primera entrevista oficial entre Israel y España a nivel de ministros de Exteriores, y, según el ministro español, en ella no se dio ningún paso decisivo.

Ante la comisión de Asuntos Exteriores del Senado, en marzo de 1985, Fernando Morán afirmó que el establecimiento de las relaciones diplomáticas con. Israel no debían convertirse "en una obsesión", y agregó que el establecimiento debía hacerse sin presiones.