Algo más que una tormenta en un vaso de agua

La ejecutiva federal del PSOE se muestra preocupada ante el rebrote de conflictos regionales, el último de los cuales estalló en Andalucía como consecuencia de la crisis larvada entre el presidente de la Junta autonómica, el califa José Rodríguez de la Borbolla, y la dirección nacional, representada en último término por Alfonso Guerra. "Esto es algo más que una tormenta en un vaso de agua", admitió ayer una fuente de la ejecutiva federal socialista, que, no obstante, minimizó el alcance de las "luchas periféricas por el poder".El renacimiento de las tensiones con los llamados barones o califas -líderes de las más poderosas federaciones socialistas: Andalucía, Valencia y Madrid- en lo que, en último término, se considera como una lucha por ocupar parcelas de poder, según la propia calificación de los dirigentes nacionales del PSOE, se mezcla ahora, sin embargo, con un conflicto ideológico de fondo: las tensiones con la UGT.

La ejecutiva federal teme en la actualidad una aproximación entre sectores no oficialistas -algunas personas procedentes de Convergencia Socialista y miembros de Izquierda Socialista- y los sindicalistas del partido. Algo que, por otro lado, ya tiene precedentes en Vizcaya y que podría repetirse en Madrid, donde el secretario general regional y presidente de la Comunidad Autónoma, Joaquín Leguina, pasa por ser un descontento con diversos aspectos de la política gubernamental.

Tal vez por ello, el secretario federal de Organización y virtual número tres del partido, Txiki Benegas, que ha venido actuando como elemento moderador en algunos de los más tensos congresos regionales y provinciales, ha comenzado a entrevistarse con los más caracterizados representantes de sectores disidentes a la vista de la próxima celebración del comité federal socialista, los días 22 y 23. Benegas valoró ayer negativamente la suspensión del congreso de Málaga, pero dijo que "tal y como estaba la situación, no había otra salida".

Hoy, el secretario de Organización se reunirá con representantes de Izquierda Socialista, que no han podido, a su vez, ver realizados sus deseos (le "coordinar actitudes" con UGT, teóricamente por "dificultades en la agenda" de Nicolás Redondo. La corriente crítica que encabeza Pablo Castellano volverá a reunir a sus 21 representantes en el comité federal el día 2 1, víspera del que se espera sea trascendental encuentro del máximo órgano socialista entre congresos, el comité federal. Se espera que Izquierda Socialista acuerde, entre otras cosas, votar en contra de la gestión de la ejecutiva surgida del 3(Y congreso federal de diciembre, congreso del que, según un destacado crítico, "arranca gran parte de los males actuales que vive el partido, al no haberse cerrado algunas heridas".

El mismo crítico calificó de "lamentable" el "espectáculo" dado en el frustrado congreso provincial de Málaga este fin de semana, "donde Guerra tenía que pagar a Carlos Sanjuán algunos de los favores pendientes de la etapa en la que éste fue subsecretario del Interior". Tanto el conflicto de Andalucía como otras tensiones periféricas, incluyendo las que se viven actualmente en Galicia para nombrar el candidato socialista a la presidencia de la Xunta, serán previsiblemente abordados en la reunión del comité federal. En cualquier caso, 37 pese al incremento de representantes de IS y a la presencia de algunos altos cargos de UGT, los oficialistas siguen contando con una cómoda mayoría en este organismo.

Izquierda Socialista volverá a plantear ante el comité federal su postura contraria a la permanencia de: España en la OTAN y a la realización de una campaña a favor de esta permanencia por parte del PSOE y del Gobierno. Esta campaña comenzará a delinearse a partir de que la comisión sobre paz y seguridad en España, formada en el seno del partido con inclusión de altos cargos de la Administración, concluya a finales de esta semana el anteproyecto de informe que posteriormente pasará a ser debatido internamente en el partido.