El krausismo y Umbral

Me he quedado altamente sorprendido por el artículo del señor Umbral. Conozco sobradamente la osadía e infinita soberbia del señor Umbral, que se permite apostillar, zaherir, etcétera, sobre todo y sobre todos; pero, por favor, señor Umbral, limítese a su frívolo círculo, que en el fondo se siente halagado cuando usted se burla de algu-nos de sus personajes. Si tanto le molesta el krausismo y lo que su implantación en España significó, infórmese, o, mejor dicho, por su bien, para no hacer el ridículo, no escriba nada sobre un fenómeno cultural que quizá ha sido y todavía es, a pesar de la reiterada destrucción a que se vio sometido a partir de 1940, uno de los más interesantes y fecundos que ha habido en España. Entre todas sus sentencias recogidas en su artículo destaca la que dice: "Julián Sanz del Río hizo saltar la carroza del idilio Cánovas / Sagasta con la bomba krausista, como un siglo más tarde saltaría el coche blindado de Carrero". ¡Inaudito, señor Umbral! ¡Inaudito! Incluso se le podría acusar de apología del terrorismo., puesto que para usted los salvajes asesinos de ETA son comparables al hombre de altos ideales patrióticos que era Julián Sanz del Río.- Madrid.